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El dictamen, que surge de una iniciativa
presentada por el senador Octavio Pedroza Gaitán (PAN), fue avalado por 387
votos a favor, cero en contra y una abstención y fue devuelto al Senado para su
ratificación.
La reforma establece que los objetivos de las
políticas públicas para la mitigación del cambio climático deben promover e
invertir en el incremento del transporte público, masivo suficiente y con altos
estándares de eficiencia, calidad y accesibilidad, que fomente la movilidad
sustentable.
Asimismo, estas políticas buscarán un mayor
uso de energías alternas a los combustibles fósiles por parte de automóviles
particulares, tales como los de propulsión a través de baterías eléctricas
recargables, los eléctricos que además cuenten con motor de combustión interna
o con motor accionado por hidrógeno, o de gas.
En las consideraciones, se expone que
actualmente existen incentivos del uso del automóvil, tales como: los subsidios
a la gasolina y a la utilización de espacios públicos como estacionamiento, así
como la “nula regulación nacional del Estado” tanto en vehículos como a las
emisiones de contaminantes.
Destaca que el aumento del parque vehicular
ha impactado de manera negativa, por ejemplo, la necesidad de importar
gasolina, la erogación de 76 mil 693 millones de pesos por concepto de subsidio
a la gasolina y la pérdida de tiempo en el traslado de los automovilistas, se
refleja en perjuicios de la calidad laboral y escolar.
Por ello, el proponente manifiesta que es
prioritario modificar el paradigma de la movilidad en las ciudades mexicanas,
hacia una movilidad más sustentable.
Agrega que es necesario tomar medidas para
desincentivar el uso indiscriminado del automóvil y orientar los recursos
destinados al transporte, mejorando el transporte público y no motorizado.
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