Amigos:
En la sesión del 9 de octubre de 2014, los
diputados aprobamos, en sus términos, una minuta del Senado que establece que
las empresas que apliquen políticas y prácticas de igualdad de género obtendrán
puntos adicionales en los procesos de licitación de compras del gobierno
federal.
El documento, avalado por 354 votos a favor,
cuatro en contra y 19 abstenciones, reforma los artículos 14 de la Ley de
Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y 34 de la Ley
General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, y fue remitido al Ejecutivo
federal para su publicación.
Surge de una iniciativa presentada en octubre
de 2013 por la senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo y aprobada por la cámara alta el pasado 30 de
abril.
Se contempla que las empresas que sometan sus
servicios o productos a un proceso de licitación, además de cumplir los
requisitos ya establecidos en la legislación, puedan obtener una nueva
puntuación si comprueban que promueven la inclusión y hacen efectivo el
desarrollo de las mujeres de forma permanente.
Para obtener estos beneficios, las empresas
deberán obtener un certificado que observará los siguientes lineamientos.
---Contar con un código de ética que prohíba
la discriminación de género y establezca sanciones internas por su
incumplimiento.
---La integración de la plantilla laboral
deberá contar con al menos el 40 por ciento de un mismo género, y el 10 por
ciento del total deberá corresponder a mujeres que ocupen puestos directivos.
En las consideraciones se expone que la
legislación beneficiará a las mujeres en sus empleos y generará incentivos para
que las empresas se decidan a aprovechar las capacidades de toda su plantilla
laboral, sin importar su género.
“Los beneficios propuestos para las empresas
que apuesten por la igualdad de género, deben de servir para acelerar su
desarrollo y garantizarles mejores oportunidades, que se reflejen en un
crecimiento sostenible y a corto, mediano y largo plazo”, subraya el documento.
El texto señala que en la actualidad existe
una profunda brecha de desigualdad en el acceso a oportunidades laborales entre
mujeres y hombres, así como elevados niveles de exclusión laboral de las
mujeres.
Dicha exclusión, precisa, es también una
forma de discriminación de género que impacta en las posibilidades de
desarrollo de las mujeres y que impide el ejercicio pleno de sus derechos
humanos, con lo cual México se distancia de alcanzar el objetivo tres del
Milenio, que se refiere a promover la igualdad entre los sexos y el
empoderamiento de las mujeres.
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