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sábado, 5 de noviembre de 2016

Sólo un remedo…

24 de Septiembre 2016
 
La reelección consecutiva de un cargo público, como es el caso de la legislativa y la de ayuntamientos, abre la puerta a que el pueblo pueda premiar o castigar a quienes les depositó su confianza en las urnas. Para el politólogo Dieter Nohlen, la reelección es el “derecho de un ciudadano (y no de un partido) que ha sido elegido y ha ejercido una función pública con renovación periódica de postular y de ser elegido una segunda vez o indefinidamente para el mismo cargo (ejecutivo) o mandato (parlamentario)”. Es también la posibilidad jurídica de un individuo que haya desempeñado algún cargo de elección popular, para contender nuevamente por el mismo cargo al finalizar el período de su ejercicio.

Producto de la reforma electoral federal de 2014, las Entidades Federativas tuvieron también que hacer las propias e incluir la reelección en su legislación.  Nuestra Entidad Federativa no fue la excepción y a querer o no –y esto lo digo porque la mayoría tricolor hizo cuanto tuvo a su alcance para llevar la reforma entera hasta el último minuto– la tenemos y está próxima a estrenarse en 2018. La de alcaldes particularmente tiene como prerrequisito la presidencia por un año. Una de las características de la reelección mexicana es que no es indefinida, está acotada. Por ejemplo, la de alcaldes en Coahuila es hasta por dos períodos. Con la incorporación de la reelección a nuestra legislación se pretende dar una nueva dinámica al sistema político, a los partidos políticos y a la rendición de cuentas. Por ello es indispensable la participación de la sociedad civil, porque esta injerencia más directa, derivada de la posibilidad que tiene de calificar la actuación de legisladores y ediles, según sea el caso, tendrá que acicatear el buen desempeño de éstos, si es que pretenden repetir para el siguiente período.

La reelección consecutiva en este primer tramo sin duda que estará a prueba. En teoría, sus bondades estriban en que mejorarán aspectos sustantivos en el ámbito social y administrativo, partiendo de la premisa de que tendrá que promoverse una planeación efectiva de programas y acciones del ámbito municipal para consolidar una democracia de resultados a ese nivel.

Sin duda que tres años resultan insuficientes para que un Ayuntamiento pueda terminar sus proyectos de mediano y largo plazo, pues la realidad es que en el primero el Presidente municipal llega a conocer el Municipio, en el segundo va consolidando las innovaciones, y ya el tercero es para despedirse. Entonces, a partir del 2018 el escenario puede ser distinto para aquel Alcalde y su equipo que se esmeren en el cumplimiento de la responsabilidad que les encargaron los electores. La reelección privilegia la continuidad de las labores y de las decisiones que se tomen en el cabildo, la profesionalización del ejercicio del poder público y hasta la especialización en las tareas municipales administrativas. Implica también una vinculación permanente con la comunidad que los eligió como sus representantes toda vez que su responsabilidad estará todos los días puesta a prueba, y de su cumplimiento cabal dependerán sus aspiraciones futuras.


Claro que en Coahuila esto no será posible en el estreno de la reelección. La mayoría priísta se encargó de que no suceda así. En 2017 habrá elecciones para Gobernador, diputados locales y alcaldes. Estos últimos tomarán posesión el 1 de enero de 2018 y si aspiran a la reelección tendrán que pedir licencia el 5 de enero del mismo año, y entrar si es que sus partidos les dan la venia para postularse de nueva cuenta –no usted, elector– a la precampaña y luego a la campaña… ¿Cómo evaluar su trabajo con este plazo rabón? ¿Sobre qué indicadores se calificará su actuación tan… tan fugaz? Pudieron haber mantenido un mandato de cuatro años de los electos en 2017 por única ocasión y haberlo empatado con las elecciones federales del 2021. Pero estamos en Coahuila, en una Entidad Federativa en la que la mayoría legislativa NUNCA ha representado los intereses de sus representados, sino los del Gobernador en turno.

Sin duda que vendrán tiempos mejores para nuestra tierra, pero no los generarán los que desde siempre han mandado en la entidad, sino usted, coahuilense, porque usted es el único dueño de esta casa.  Por favor, por favor, ya asuma su jerarquía.

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