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martes, 23 de febrero de 2016

¿Escucharán los lobos?

20 Febrero 2016
 
Gubbio es una antigua y cautivadora ciudad italiana enclavada en la región de Umbría. Cuenta la leyenda que hace muchos años, cuando san Francisco de Asís vivió ahí, existía un lobo que tenía aterrorizada a la población. Rubén Darío, el notable poeta nicaragüense se inspiró en el relato y escribió un poema que seguramente alguna vez usted estimado lector leyó o escuchó. Ya caerá usted en cuenta del porqué de este preámbulo. 

Apenas esta semana tuvimos la visita del Jefe de la Iglesia Católica y a su vez del Estado del Vaticano, Su Santidad el Papa Francisco. Es el primer sucesor de san Pedro de origen latinoamericano, quizá esto influye en nuestro ánimo para sentirlo más cercano a nuestra idiosincrasia, pero al margen de esta apreciación subjetiva de mi parte, lo que no podemos negar es que es un hombre de su tiempo, con una sensibilidad a flor de piel y un conocimiento de la realidad que se traduce en la claridad con que se expresa de la misma y, sobre todo, en la forma en que la vincula a los hechos del día a día. En lo particular me conmueve su humildad. Igual que el santo de Asís, el Papa Francisco vino a dialogar con los lobos de nuestro tiempo, no sé si doblegará a las fieras, como sí sucedió con el de Gubbio -por lo menos un tiempo, apunta Darío en su poema - pero dijo verdades de a libra a un país que está aprendiendo a odiar y eso no debe ser. Vino a recordarnos que somos comunidad y a invitarnos al diálogo, a la generosidad y a la paz.

Hizo un llamado a todos. Empezó con los hombres del poder político, en su primer discurso, en Palacio Nacional, donde estuvieron presentes tirios y troyanos, de todos los colores: “…les corresponde de modo especial trabajar para ofrecer a todos los ciudadanos la oportunidad de ser dignos actores de su propio destino, en su familia y en todos los círculos en los que se desarrolla la sociabilidad humana, ayudándoles a un acceso efectivo a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda adecuada, trabajo digno, alimento, justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de paz”. Recalcó que no era asunto de leyes sino de “…responsabilidad personal de cada uno, con pleno respeto del otro como corresponsable en la causa común de promover el desarrollo nacional. Es una tarea que involucra a todo el pueblo mexicano en las distintas instancias, tanto públicas como privadas, tanto colectivas como individuales”.

En Ecatepec apuntó que había que hacer de México una tierra de oportunidad: “Donde no haya necesidad de emigrar para soñar; donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar; donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos”. Destacó que la mayor riqueza que tiene este País son sus jóvenes porque, “un pueblo con juventud es un pueblo capaz de renovarse, transformarse hacia el futuro y, a su vez, nos desafía positivamente en el presente… También a darnos cuenta de que un futuro esperanzador se forja en un presente de hombres y mujeres justos, honestos, capaces de empeñarse en el bien común, este ‘bien común’ que en este siglo 21 no goza de buen mercado”. Ponderó la inclusión y a la familia: “En la familia se aprende cercanía, se aprende solidaridad, se aprende a compartir, a discernir, a llevar adelante los problemas unos de otros, a pelearse y a arreglarse, a discutir y abrazarse y a besarse. La familia es la primera escuela de la Nación y en la familia está esa riqueza que tienen ustedes”, subrayó a los muchachos.

Y lo que expresó en el Colegio de Bachilleres en Ciudad Juárez, Chihuahua, es el corolario. Fuerte, contundente: “¿Qué quiere dejar México a sus hijos? ¿Quiere dejarles una memoria de explotación, de salarios insuficientes, de acoso laboral o de tráfico de trabajo esclavo? ¿O quiere dejarles la cultura de la memoria de trabajo digno, del techo decoroso y de la tierra para trabajar? Tres T. Trabajo, techo y tierra. ¿En qué cultura queremos ver nacer a los que nos seguirán? ¿Qué atmósfera van a respirar? ¿Un aire viciado por la corrupción, la violencia, la inseguridad y desconfianza o, por el contrario, un aire capaz de generar alternativas, generar renovación o cambio?”.

Si la razón escucha y el corazón se agranda habrá cosecha.

Si no es suyo: Es ajeno

13 Febrero 2016
 
El dinero público tiene dueño y el propietario no es el funcionario o servidor público a cargo
 
Desde que tuve uso de razón, en casa, Rosario, mi madre, me dejó bien claro que todas las cosas tienen dueño, aún aquellas que aparentemente están en el abandono. 

El dinero es un bien y resulta muy difícil imaginar que alguien lo dejara al garete, abandonado, como si puede suceder con un juguete, y sin duda que tiene dueño también.

El dinero público también TIENE DUEÑO y el propietario NO ES EL FUNCIONARIO O SERVIDOR PÚBLICO a cargo. ¿De dónde sale el dinero público? En estricto sensu es consecuencia de una detracción coactiva de un dinero privado, cuyos titulares son los ciudadanos, pero que en vía del cumplimiento de una obligación prescrita en la propia Carta Magna, se trasforman en contribuyentes.         

Porque es contribuyente quien entrega parte de su ingreso en calidad de impuestos, la razón toral es que hay obligación de contribuir al gasto público, por ende el destino de ese recurso está más que claro. Asimismo, está de más subrayar, pero lo subrayo, el dinero público es de los contribuyentes, el servidor sólo administra conforme a lo que dispone la ley, no a su arbitrio, de modo que tomar estos recursos fuera de este marco, es ROBO.

La infortunada historia de nuestra Coahuila nos lleva irremisiblemente a una realidad de casos de corrupción en los que el denominador común lo constituyen  servidores y dinero públicos, agravados por la impunidad y el cinismo. Probablemente o seguramente habrá quien diga que ya estoy de machacona, que vuelvo una y otra vez al tema de las raterías cometidas durante el Gobierno de Humberto Moreira, pues si, aunque el hombre se pasee con la capa de la inmaculada, y haya veladoras encendidas y euforia porque los españoles lo encontraron libre de “pecado”…perdón de lavado de dinero, en Coahuila jamás sabremos a dónde se fueron los miles de millones de pesos, porque nunca lo dijeron ni él ni su corte, y hay tres de esa “cofradía” que se la están viendo con los tribunales de los vecinos del norte y que no pasan “la prueba del añejo”, uno del trío está prófugo… ¿Y qué? Alguien se “carranceó” el dinero, no hay duda, pero no hay castigados…¿Y qué?

Y por otro lado está el cochupo de Ficrea…¿Y qué? El exmagistrado presidente que cometió el abuso, ni suda ni se abochorna. Todo está en orden, el señor está a salvo…Los recursos ajenos con los que especuló se perdieron ¿y qué? ¿A quién le importa?...Y no sé quien está peor…¿Los defraudadores o los defraudados? Los defraudados en ambos casos son los contribuyentes, porque es su dinero el que se ROBARON…¿Y qué?...Ni una disculpa siquiera ha salido a expresar el señor magistrado del Tribunal Superior de Justicia de  Coahuila a  los defraudados, a sus víctimas. ¿Para qué? Al cabo que aquí todo se perdona y se olvida…

Por sanidad en este estado norteño tiene que haber alternancia. Necesitamos salvar a Coahuila. Aunque suene cursi el llamado. ¿No le apesadumbra que una camarilla se haya adueñado de su tierra y ponga y disponga a su antojo de ella y le robe en su propia cara y después se haga la  occisa ? ¿No sueña usted con que haya gente honorable a cargo del Gobierno de Coahuila? Hay un tango que se llama Septiembre del 88, en el se cuenta de una carta que escribe un amigo a otro que desesperanzado dejó Argentina y se fue a Italia y le dice que hizo bien en marcharse y que no vuelva, que todo anda patas para arriba, que todo está triste, que el país “se muere de pena por tanta mentira, de tanta promesa por nadie cumplida”.

Yo no quiero irme, no me iré, y usted tampoco querrá irse, si aquí está todo cuanto uno ama, lo que sueño es que se vaya esta aborrecida inercia, este deterioro añejo, este desparpajo en el quehacer público que huele y que sabe a valemadrismo institucionalizado.

Pero no se va a ir solo, tiene que ser echado con la fuerza del sufragio consciente, de ese que es producto de la reflexión y el análisis, no del arrebato, ni de la monserga cansina de la propaganda electorera.

No tolere más que se burlen de su confianza, vuélvase defensor a ultranza de la misma. A la corrupción se le combate sin concesión alguna, se le tira a matar y se le mata. De otra manera el proceso se revierte. ¿No importa?...De verdad ¿no importa?

El fortalecimiento de la democracia

6 Febrero 2016 

Hace unos días recibí un mensaje en el que me compartían que el gran problema de nuestra mexicana democracia, es que el grueso de los mexicanos no se siente políticamente representado, sino todo lo contrario. Discrepar en política no es solo inevitable, es necesario y conveniente. El mundo es ideológicamente diverso y plural. No fuimos hechos en serie, gracias a Dios. La democracia, entonces, demanda pluralidad para expresarse y visualizarse, y algo más –requisito sine qua non– respetarse. Por ende, los representantes de cada segmento de una sociedad plural, han de ser respetados como portavoces de quienes votaron por ellos. De no darse así, la democracia merma, se debilita, y en su lugar se crecen la exclusión y el totalitarismo. ¿Y qué es respetar? El respeto se demuestra en las formas. De entrada, las descalificaciones personales, no son la vía para exteriorizar las discrepancias, sino la evidencia de la pobreza en argumentos. Tampoco se expresa respeto cuando se recurre al menosprecio en la actitud o a la arbitrariedad en la aplicación de la norma. La democracia es mucho más que formas, sin que esto signifique que puede dejar de ser formal, pero va más allá. La democracia tiene que dotar esas formas de contenido y de proximidad social, porque esto la enriquece, de ahí la relevancia de la participación ciudadana, de ahí la importancia de la actividad de los partidos políticos, de las organizaciones ciudadanas, y el diálogo como instrumento sine qua non para abrirle la puerta a las palabras, a la discusión de ideas, de exposición de diferencias y de coincidencias y de ahí al acuerdo que construye y que enriquece la vida de la comuna. Estamos en época de transformaciones, que mandatan nuevos entendimientos, nuevos pactos, pero estos resultarán imposibles si el que media es el insulto y la descalificación personal. Los pactos nacen desde la discrepancia no desde la inquina. Los pactos parten de acuerdos de quienes anteponen el respeto como común denominador. Las democracias se consolidan desde esta perspectiva, bajo estos cánones, su perdurabilidad se define así, no hay otra forma. Por eso mande quien mande, o gane quien gane una contienda, la institucionalidad está garantizada. Y cuando el escenario político es más complicado, es precisamente cuando las formas deben cuidarse meticulosamente. Hay millones de mexicanos que aman su patria, pero no se sienten representados ni en los cabildos, ni en las gubernaturas, ni en la Presidencia de la República, ni en los congresos, sean los locales o el federal, abominan a los titulares, detestan cuanto tenga que ver con política o gobierno, a los partidos políticos no los resisten y en la debacle vuelven la vista a las candidaturas independientes buscando en ellas la representación que no encuentra en los de siempre. Sueñan con la unidad nacional y con la democracia porque reconocen en ambos valores los ingredientes esenciales para ser nación. Pero las injurias cotidianas con hechos y palabras a estos principios por parte de los protagonistas en el ejercicio del poder público, la corrupción y la impunidad rampantes, constituyen una avalancha que arrasa con cualquier viso de credibilidad o de confianza. Y por supuesto que a toda esta debacle contribuyen con largueza muchos medios de difusión pagados exprofeso. Pero el escollo mayor lo constituye la ausencia de un programa sencillo, inteligente, que recoja los problemas actuales y ofrezca para ellos soluciones claras y posibles. Solo cuando hay de esto se puede empezar a resolverlos. No es con confusión o con oportunismo como se solventan las dificultades. No se trata de hacer demagogia sino de salvaguardar los derechos más elementales de la convivencia entre los mexicanos, que hoy por hoy se los están llevando al abismo la vorágine de ambición y voracidad de políticos frívolos, corruptos e irresponsables, que ocupan los espacios en donde se toman las decisiones que hunden o salvan a una nación. Los partidos políticos necesitan regenerarse, es esencial que demuestren madurez, que enseñen que tienen voluntad política, es decir, que son capaces de pasar del enfrentamiento a la conciliación, y hacer del diálogo, la tolerancia, la negociación y el acuerdo, un ejercicio que acote el protagonismo irresponsable y la soberbia. Estas son las prácticas que deben procurarse, porque son las que fomentan la unidad, entendida no como unanimidad, sino como sentimiento de pertenencia a un estado democrático que a todos ampara y que obliga a participar, sin distinguir afiliación política o de cualquier otra naturaleza, y sin excluir a nadie.

¡Se mercan mentiras…!

30 Enero 2016
Son tiempos de reflexión, estimado lector, Coahuila merece mejor destino. Son 80 años de manipulación reiterada
 
El norteamericano Harold Lasswell, uno de los pioneros de la “mass comunicación research”, en su teoría de “la aguja hipodérmica o bala mágica”, expresaba que lo que se requiere para ejercer dominio es “inyectar en la población una idea concreta con ayuda de los medios de comunicación de masas para dirigir la opinión pública en beneficio propio y que permite conseguir la adhesión de los individuos a su ideario político sin tener que recurrir a la violencia. Por su parte, el sociólogo y filósofo alemán Herbert Marcuse, en su libro “El Hombre Unidimensional, expresa que la función básica de los medios al servicio del establishment es coadyuvar al desarrollo de “sistemas políticos que serán caldo de cultivo del virus patógeno conocido como “autos-kratos” o autocracia, forma de Gobierno ejercida por una sola persona con un poder absoluto e ilimitado, especie de parásito endógeno de otros sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal), que partiendo de la crisálida de una propuesta partidista elegida mediante elecciones libres, llegado al poder se metamorfosea en líder Presidencialista con claros tintes  totalitarios (inflexible, centralista y autoritario)”.¿Le suena familiar estimado lector?

El dominio y control sobre las personas se lleva a cabo mediante la   manipulación. Manipular es sinónimo de manejar y los únicos que son susceptibles de manejo son los objetos, no las personas. Cuando se manipulan personas se les denigra, se les envilece. Manipula todo aquel que quiere vencernos no convencernos. El manipulador no se dirige a la inteligencia, ningunea la libertad, “trabaja” sobre el centro de decisión con la finalidad de arrastrar a la toma de decisiones que favorezcan sus intereses. El manipulador influye en la voluntad pero de forma retorcida y es que manipular es una forma sutil de engañar.

La manipulación ideológica, que es a la que recurren quienes quieren imponer actitudes básicas relativas a la política, y es de las más peligrosas, solo tiene dos maneras de hacerlo: la violencia o la astucia, la segunda es el instrumento de la manipulación. El manipulador reduce a la comunidad a masa. La comunidad se convierte en masa cuando pierde su capacidad creadora y no está unida por lazos firmes, cuando se vuelve incapaz de sumar sus ámbitos de vida para generar nuevos ámbitos de vida y enriquecerse mutuamente. Una manifestación de personas en una plaza, con sentido bien definido del por qué están ahí, son pueblo, no masa.

¿De qué se vale el manipulador para captar a sus víctimas? Del lenguaje verbal o escrito. El lenguaje puede difundir verdades o propalar mentiras, facilita recursos para tergiversar el sentido de las cosas y sembrar confusión. Otra manera de doblegar es a través de la redundancia desinformativa, porque tiene el poder insospechado de crear opinión, y propiciar un ambiente para toda clase de yerros. Y es que una mentira o una media verdad repetida por un medio poderoso de comunicación llega a convertirse en “creencia”, en hecho incontrovertido. Y así, soterradamente, va ejerciendo esta propaganda manipuladora un control de la inteligencia, de la voluntad y del sentimiento del grueso de la población.

Y mire usted los resultados. Son tiempos de reflexión, estimado lector, Coahuila merece mejor destino. Son 80 años de manipulación reiterada. La alternancia en el ejercicio del poder público es asunto de sanidad. El agua estancada se pudre. ¿No percibe el olor?

¿Justicia a la española?

23 Enero 2016
 
“Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que uno se acostumbra”, apuntaba Simone de Beauvoir. En México ya nos acostumbramos a los que abundan en el ámbito político y es que se han vuelto comunes y corrientes. Pasaron al terreno de lo ordinario, la desvergüenza, las raterías, y cuanto es propio de una clase política que se ha vuelto cínica… Y ni tantita pena. 

Que a toda m… -como dice mi amiga Laurita- ser mal funcionario, corrupto o cómplice de corruptos, que te prestes a toda suerte de componendas $$$, que incurras en conductas deleznables y QUE NO TE PASE NADA.

Un airado ciudadano y con razón, con sobrada razón, me mandó por correo electrónico el siguiente comentario: “El día que los partidos políticos, y usted pertenece a uno, acepten que la corrupción brota de sus dentros, es factible que la lucha contra ella empiece a ser exitosa. Los propios partidos debieran llevar ante los tribunales a los rateros que avalan que lleguen a un cargo público, y puestos ahí se dedican a tranzar. Mucha enjundia para señalar la corrupción, mucha palabrería para exigir que se investigue hasta las últimas  consecuencias…¿Por qué no previenen? Son ridículos los mea culpa que llegan cuando la corrupción les salta como pus del absceso, en su propia cara”. 

La corrupción política en nuestro País es una constante de carácter transversal. Constante porque no se interrumpe, e igual se instala en gobiernos de centro, de izquierda o de derecha, por eso es transversal.  

Los “negocios en lo oscurito”, las transferencias millonarias camufladas con prestanombres y cómplices de la misma ralea -que ni de broma salen de la paga del ínclito- a paraísos fiscales, las propiedades de lujo en el País y en el extranjero, la vida de marajás -que ni en sus más caros sueños hubieran imaginado que iban a poder dársela- a costa de lo robado, del despilfarro. Los viajes al extranjero con toda la parentela y la corte de amigotes, cuando el paseo es de carácter “oficial”, el lavado de dinero embozado en empresas fantasmas… En definitiva, el todo se vale -que “aderezan” con verdades a medias para darles tinta de verdades absolutas- ha hecho de la desfachatez un modelo a seguir y dado cancha libre para que lleguen al poder público toda laya de vividores y sinvergüenzas que se cobijan con la impunidad garantizada.

Hay un listado de gobernantes corruptos…¿y qué? Viendo lo que se han atrevido a hacer, no puedo, NO PUEDO dejar de preguntarme de dónde les sale tanto descaro para hacer cera y pábilo leyes y reglamentos, y tanto desprecio por quienes con sus votos los llevaron al cargo público.

Yo tuve en mis manos los dos decretos apócrifos que se convirtieron en la punta del iceberg para destapar la cloaca de pudrición generada en la administración de Humberto Moreira. Los leí, los conocí, los exhibimos en tribuna los diputados del PAN en la 58 Legislatura…los contrastamos contra los auténticos… y no hubo una sola voz de la mayoría priista que de perdido dijera “a ver… preste acá”. Interpusimos denuncias en la PGR y ante la autoridad local… ¿Y qué? 

Yo no quiero que extraditen al exgobernador y expresidente nacional del PRI, y no soy la única. Prefiero, aunque me apene decirlo, que sean extranjeros quienes lo juzguen, porque en nuestro País, empezando por Coahuila, para la autoridad correspondiente, no hubo un solo elemento para fincarle responsabilidad alguna…¿Qué ha cambiado para presumir que hoy sería distinto? Humberto Moreira pertenece al selecto club de los intocables, al de los que jamás autoridad investigadora les hace cargos y, por ende, imposible que lleguen a la jurisdiccional. Estuve junto con otros panistas coahuilenses, como diputada federal, con el entonces Procurador de la República, el licenciado Jesús Murillo Karam, y le solicitamos información sobre la investigación realizada, nos dijo que nos la haría llegar, con mucho gusto. Jamás sucedió.

Es urgente que la clase política, de todos los colores e ideologías, entienda que ocupar un cargo público no equivale a tener licencia para robar a la población, y enriquecerse a costa de su bienestar, e igual la corte de cómplices que se vuelven ricos al amparo del corrupto. La corrupción y la permisividad gubernamental hacia ella, se estrellan frente a una sociedad bien informada y participativa, en la que la educación tiene un sitial de privilegio. Ese es el desafío que tenemos los mexicanos. ¿Fácil? De ninguna manera, sobre todo por lo que han hecho con la reforma educativa. Ese es el otro desafío. A ver si nos atrevemos.

Hago votos porque se haga justicia, aunque sea a…la española.