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miércoles, 10 de diciembre de 2014

¿Somos mexicanos?...

6 de Diciembre 2014 
Llegó la hora de que demostremos si somos patriotas de 15 de septiembre o si realmente NOS IMPORTA la patria, que es una y se llama MÉXICO

En nuestro país suceden cosas que no pasan por el tamiz de la cordura y el raciocinio para explicarse. Algo como que los pájaros tienen pelo y las vacas plumas, así de irracional. Pero lo acontecido en las últimas semanas de plano no tiene nombre. Andamos en la tierra del revés.

Tenemos un presidente de la República que no manda, un grupo de “ínclitos” que no son el presidente y que si mandan, aunque no se les vea, pero existen. El presidente está reprobado, sus secretarios de estado también lo están. Hay desaparecidos que presumiblemente están muertos, pero no lo están porque no hay pruebas fehacientes que así lo constaten. Tienen a un alcalde preso que sabrá Dios que declaraciones habrá hecho, eso es top secret, pero que a lo que se ve no han sido suficientes para que la Procuraduría de la República tenga el caso listo para que la autoridad jurisdiccional proceda.

Y van saliendo más muertos, Guerrero es una tumba clandestina. ¿Quiénes son los desdichados que han encontrado? Tampoco se sabe. Lo que está a la vista es que solitos no fueron a parar ahí, pero la autoridad no sabe nada.  Y el ribete del escándalo, la “casa blanca” y el “depa” de Miami, y la explicación en torno a su adquisición tan desafortunada, para decirlo de manera educada, que corrió por cuenta de la esposa del presidente. ¿Quién asesora al Presidente? 

Tenemos las finanzas con severas dificultades. El barril de petróleo está a la baja, bajísima. El valor del peso en relación al dólar es un SOS, se mantienen impuestos irracionales, se van a pagar indemnizaciones por un tren que ya no va a hacerse por las sinvergüenzadas en el otorgamiento del contrato, etc. El desorden que va ganando terreno en el país, no es fortuito, entre los que legítimamente protestan y los mercenarios que se montan en la protesta para desvirtuarla, con una autoridad a la que cada día se le ve menos como tal, porque la rebasan con la mano en la cintura, México se encamina al caos. La gente de a pie, que son los más, YA NO CREE EN SUS AUTORIDADES, las tiene aborrecidas, no les inspiran ninguna confianza. Y el Gobierno Federal en lugar de salir y asumir su responsabilidad de frente, empezando por reconocer sus fallas, aceptando que las toneladas de corrupción e impunidad metidas hasta el tuétano, han dañado severamente su eficiencia y su eficacia en el cumplimiento de sus deberes y obligaciones, hace todo lo contrario.

El decálogo presentado por el presidente Peña Nieto, lo digo así llanamente, NO VA A RESOLVER EL GRAVE PROBLEMA QUE NOS AQUEJA. Está proponiendo leyes, nos está turnando propuestas de reformas y adiciones para “enderezar” un sistema que ya dio lo que tenía que dar. En el Congreso los legisladores tendremos que analizar y discutir la viabilidad de las mismas, no solo desde el ámbito jurídico, que ya es complejo, si no desde lo más crudo, que es la realidad del país, porque diputados y senadores tenemos el deber de tomarla ABSOLUTAMENTE en cuenta, o valdrán para dos cosas las reformas y adiciones, es decir para nada y para nada. Está más que demostrado que las leyes por si solas no resuelven nada, en México tenemos para dar y prestar, y mire en las que andamos. Las leyes sirven si se cumplen, si se observan, si la autoridad obligada a hacerlas cumplir lo hace, si los destinatarios obligados a acatarlas, las acatan. Las leyes son útiles cuando la sociedad entera les otorga esa utilidad ciñéndose a sus prescripciones. Pero en nuestro amado país el deporte favorito es violarlas y quedarse en la impunidad. Y cuando la violación proviene de la misma autoridad y a la autoridad nadie la castiga, entonces se llega a donde hemos llegado, al caos y a la anarquía.

Hoy día, en este país nuestro, gobernantes y gobernados tenemos que tomar decisiones de vida, de esas que marcan un antes y un después. Si queremos que haya democracia como FORMA DE VIDA, tenemos que construirla entre todos. En la democracia concebida así, las desigualdades sociales se achican y las oportunidades para vivir con dignidad se generan y se abren para todos. A los corruptos se les juzga y se les mete a la cárcel, sin distinción alguna, del sector público o del privado. La actuación de los gobernantes se pone en vidriera, para que todo el mundo la conozca, eso es TRANSPARENCIA, lo demás es… póngale nombre usted. Ese es un camino. El otro, es seguir haciéndonos de la vista gorda, es decir, mantenernos aceptando que es lícito violar la ley, matar, mentir, falsificar documentos, obstruir la justicia, hacer arreglos en lo oscuro, en fin, toda la inmundicia que alimenta la corrupción.

Llegó la hora de que demostremos si somos patriotas de 15 de septiembre o si realmente NOS IMPORTA la patria, que es una y se llama MÉXICO.

La risa ilumina el alma

 29 de Noviembre 2014

Cuando esto escribo estoy enterándome de la muerte de un señor muy querido por propios y extraños. Hay decesos que se celebran, decía una amiga de mi madre, Primi, le decíamos de cariño, y eso lo dijo cuando una bala perdida le dio a su marido en la mera cabeza  justo en el momento en que él se echaba la segunda cerveza del día en la mesa del barecito al que solía llegar todos los días a eso de las 12 del día. Nunca trabajó el cristiano, Primi lo hacía por él, para él y para su numerosa prole - 9 chiquillos -, y le daba hasta para sus “tragos”, aquel fue el último. De modo que cuando mi madre le fue a dar el pésame, levantó los brazos y la mirada al cielo y le dijo: “No, Rosario, bendito sea Dios que se lo llevó, ya voy a descansar y él pues va a hacer allá con el Padre eterno, lo que siempre le gustó, estar sentadito sin hacer nada”. El de don Roberto se lamenta.

Roberto Gómez Bolaños, nos hizo reír a carcajadas. El “Chespirito” se lo puso el director cinematográfico Agustín P. Delgado, haciendo alusión al diminutivo en la pronunciación castellanizada de William Shakespeare, por su talento y en diminutivo porque era chaparrito. Su “Chavo” y su “Chapulín Colorado” fueron la delicia y lo siguen siendo, de niños jóvenes y adultos. No me acuerdo el día de la semana que pasaban el programa, pero nunca se me olvida, que se volvió costumbre en miles de hogares mexicanos estar listos a la hora en que era televisado, para disfrutarlo.
“El Chavo” se convirtió en referente de los programas televisivos mexicanos exitosos. En Sudamérica lo adoran, igual que a su otra creación, “El Chapulín Colorado”. Mis hijos y los de muchos de mi generación crecieron familiarizados con ellos y con el “Doctor Chapatín” y su inseparable bolsita de papel en la mano, con “Chaparrón Bonaparte”, con “El Chómpiras” y las cachetadas guajoloteras que le plantaba “El Botija”. Eran diálogos simples, sin leperadas ni vulgaridades, que hacían las delicias de quienes los escuchábamos. 

A la vera de Chespirito también despegaron otras figuras queridas para el público que seguía el programa. “El Quico” de Carlos Villagrán, “La Chilindrina” de María Antonieta de las Nieves, Florinda Meza como “Doña Florinda”, Angelines Fernández como “La Bruja del 79”, nuestro saltillense Rubén Aguirre como “El Profesor Girafales”, Edgar Vivar como “El Botija”, el “Don Ramón” de Ramón Valdez, Raúl Padilla el viejito cartero que siempre rememorando el pueblito en el que había nacido.

El programa alcanzó fama internacional. Saben del mismo en España y Estados Unidos, incluso en Italia y en Turquía. Don Roberto también incursionó en teatro, tuve la oportunidad de verlo en su comedia “11 y 12”, con local lleno, fue en el Libanés. Fueron más de 28 mil funciones. También hizo cine, pero fue la televisión la que permitió que su talento fuera conocido en su propio país y allende los mares.

Qué bueno que en vida recibió homenajes y reconocimientos, porque los pudo disfrutar, ya muerta la gente… qué más da. Se supo querido y apreciado, y al final del día es lo que se llevó en el corazón. Don Roberto se queda en el afecto entrañable de los millones de mexicanos y extranjeros que gozamos de su talento, porque nos hizo reír a carcajadas, hasta las lágrimas muchas veces.

Don Roberto es de esos personajes que siempre estarán vivos en la memoria de los recuerdos queridos. Se quedan con nosotros la ingenuidad del “Chavo”, la valentía del “Chapulín Colorado”, la simpatía del “Doctor Chapatín”, la mansedumbre del Chómpiras y las “chiripiolcas” de “Chaparrón Bonaparte”.

La risa es un refugio, leí en alguna parte, ante los sinsabores de la vida y un modo de unirse, en alegría, con las personas que lo rodean. La risa es sol, como escribía Víctor Hugo, que ahuyenta el invierno del rostro humano. Desde el alma, muchas gracias Chespirito.

sábado, 22 de noviembre de 2014

¿Hacia dónde lleva al país, señor presidente?

22 de Noviembre 2014

Estamos en presencia de un sacudimiento de proporciones inimaginables al vetusto sistema político mexicano. La vinculación entre el narcotráfico y estructuras del propio gobierno podridas por la corrupción institucionalizada que desde hace años existen en este país, hoy día están desafiando la vigencia del orden normativo. Los hechos acontecidos en el Estado de Guerrero han puesto en proyección internacional la evidencia irrefutable de que ya no es posible seguir sosteniendo la farsa del “aquí no pasa nada y todo está bien”, que se pregona en el discurso del gobierno en turno.

El gobierno de Enrique Peña Nieto, tiene una oportunidad de oro para invertir el proceso de descomposición que hoy se está viviendo. Todos los efectos del errado ejercicio del poder público, hoy están cobrándole un precio muy alto, que infortunadamente también está pagando la población.

Las carencias del Estado, hoy a su cargo, están a la vista. No hay instituciones dignas de confianza en la investigación de los delitos cometidos, y este ingrediente es toral, por la certeza que aporta a los resultados. Tampoco la hay para el órgano jurisdiccional.

Tenemos un Estado con los brazos rotos. La obligación mínima del Estado con sus gobernados es salvaguardar la seguridad pública, pero aquí no hay ninguna. Hoy cualquiera puede ser secuestrado y hasta asesinado, y el perpetrador difícilmente será aprehendido, menos juzgado y sentenciado.

Si el titular del Ejecutivo empezara por reconocer las debilidades del sistema, habría un avance importante hacia la solución, porque sería un acto de lealtad y de respeto del primer mandatario del país hacia sus mandantes. Si la actitud del PRI y sus aliados en la Cámara Baja del Congreso de la Unión fuera de apertura para hablar de un crimen que lacera la parte más sensible de los seres humanos, también se podría empezar a transitar a un escenario distinto al exhibido el jueves de esta semana.

Hay paradigmas que deben YA ser modificados. La defensa a ultranza del Jefe del Ejecutivo debe moderarse. Se entiende perfectamente que el presidente Peña Nieto es un miembro del PRI y que sus correligionarios tenderán a escudarlo, pero no al grado de impedir que se hable sobre el asunto. En Coahuila, durante la 58 Legislatura, los legisladores príistas se dedicaron, sin dar una sola razón, a impedir que comparecieran Humberto Moreira y/o Javier Villarreal ante el pleno, por el tema de las irregularidades con las que se contrataron los créditos, y mire usted, las consecuencias.

El Presidente Peña Nieto afirma que derivado del sufrimiento causado por el caso Iguala, han venido ocurriendo movimientos de violencia cuyo objetivo pareciera responder a un interés de generar desestabilización y de atentar contra el proyecto de nación que él encabeza. Se le olvida que es presidente de todos los mexicanos, incluso de quienes no votamos por él, y que su deber es conciliar cuanto haya que conciliar, por más dispar que parezca. Esa es su tarea principal.

Lo que hoy está sucediendo en la calle, en strictu sensu, ya no es únicamente por la tragedia Iguala-Ayotzinapa, se ha ido convirtiendo en una especie de carrusel en movimiento al que se han ido subiendo otras expresiones de disgusto popular, que vuelven más difícil la solución del problema. No haber agarrado el toro por los cuernos, como se dice coloquialmente, desde un principio, ha permitido la infiltración de fundamentalistas, que no tienen otro objetivo que el de perpetrar saqueos, robos y depredaciones en perjuicio de bienes privados y públicos. A grosso modo, estamos ante la comisión de acciones típicas de una situación de rebelión, prácticamente ante la primera etapa de una guerra civil. Si el gobierno no la contiene, con inteligencia, puede transitar a un segundo momento, que es el de la insurgencia.

Y un encarecido y respetuoso llamado al presidente Peña Nieto, no permita que ningún miembro de su familia vuelva a insultar la inteligencia de los mexicanos, fue deprimente escuchar a su esposa en proyección nacional. Y finalmente, no es ninguna concesión graciosa el que usted haya hecho pública su declaración, desde el primer día de su mandato debió incluso hasta volantearla.

martes, 11 de noviembre de 2014

Más fuerte el miedo que la repulsa

8 de Noviembre 2014


El 90 por ciento de los delitos en México no se denuncian, porque quienes los sufren NO LE TIENEN CONFIANZA A LA AUTORIDAD, le tienen miedo, mucho miedo.


Nuestro país está viviendo tiempos difíciles, y cuando esto sucede, es pertinente reflexionar al respecto. No es asunto menor lo que hoy ocurre. Hay una crisis que ha puesto en jaque la autoridad del estado, que exhibe lo que ocurre cuando quien tiene el deber de garantizar el cumplimiento de la ley, no lo hace, y además se colude con quienes la están violentando. Estamos ante la evidencia inobjetable, de lo que la corrupción consentida y arropada en la impunidad, pueden hacerle al grueso de una sociedad acostumbrada a ver sus estragos, SIN CHISTAR. 

Un elemento sustantivo de la democracia es la opinión pública, su contribución a la institucionalización de la misma ES IMPRESCINDIBLE. Como expresara el jurista británico Albert Venn Dicey,  la democracia como ningún otro sistema, es “un gobierno de opinión”, de modo que los gobernantes tienen el deber de construir el andamiaje para que los gobernados puedan ser oídos. La opinión pública podemos entenderla como la orientación o posición política en una determinada sociedad. Es pertinente, destacar, que el Estado tiene órganos constitucionalmente establecidos, investidos de facultades y competencias para actuar, y que no están obligados a convertirse en ejecutores de la opinión pública, sin embargo no atender lo que ésta les “mandata” en la realidad que se respira en las calles, lo debilita y lo expone a situaciones como las que ahora están ocurriendo en Guerrero, en Michoacán, en Tamaulipas, aquí en Coahuila hay 300 almas en Allende de las que ninguna autoridad ha dado cuenta. El maestro alemán Reinhold Zippelius expresa con claridad meridiana que: “En la democracia representativa, la orientación conforme a la opinión pública, no puede significar que exista una relación de ejecución frente a todo movimiento que esta opinión registre, sino que más bien quiere decir que la acción del Estado debe mantenerse dentro del cauce de aquellas ideas éticas y políticas que son idóneas, en la respectiva situación histórica, para captar el consenso de la mayoría”. 

En palabras llanas, en México la opinión de la población, al Estado, lo tiene sin cuidado, la exclusión de ésta en su toma de decisiones, en la concepción de sus políticas públicas, en su quehacer de garante de la seguridad de sus gobernados, que es el mínimo de cuanto está obligado a otorgar, no aparece en el listado de sus prioridades. El estallido social ya se está dando, hoy es Guerrero en su punto más álgido, pero Michoacán, Chiapas y Oaxaca transitan por la misma e infausta ruta. La pobreza en la que vive el grueso de los habitantes de aquellas latitudes ha sido el caldo de cultivo ad hoc para que la delincuencia organizada se enraíce y se multiplique, y el contubernio con políticos sin escrúpulos, con voracidad sin fondo, y con poder – porque se necesita poder para “cobijarlos” en la impunidad - han generado este infierno.

Cuando esto escribo, el Procurador General de la República, da cuenta del horrendo hallazgo. Los muchachos de Ayotzinapa están muertos. ¿Dimensiona usted el tamaño de la tragedia? Porque es una tragedia. Hagamos nuestro el dolor de la muerte espantosa a que los sometieron, hagamos nuestro el dolor de sus padres y hermanos, porque debe ser tan nuestro como de ellos. Lloremos porque esos crímenes son victoria para los perpetradores y derrota para todos los que estamos vivos. No sé, lo digo así, NO SÉ si se hará justicia, no sé si va a castigar a los culpables - el exalcalde solo es un peón en el tablero –, pero a TODOS. No sé si el asesinato de 43 personas va a quedar impune, igual que el de los copreros hace 30 años, o el de los campesinos de Aguas Blancas.

Solo sé que en cualquier momento, cualquiera de nosotros o de nuestros seres queridos, podemos ser la próxima víctima. El 90 por ciento de los delitos en México no se denuncian, porque quienes los sufren NO LE TIENEN CONFIANZA A LA AUTORIDAD, le tienen miedo, mucho miedo.
 

sábado, 1 de noviembre de 2014

La zona gris…

1 Noviembre 2014
Entre lo que se dice y lo que se hace, como dice la canción, “hay una distancia inmensa”. Los políticos suelen prometer el oro y el moro para acceder al cargo y llegados ahí, si te vi ni me acuerdo. Pero esto hoy día, siendo tan deleznable, ya no es lo peor. Lo que está sucediendo en el estado de Guerrero ha ido sacando algo más cruento y peligroso. Estamos ante uno de los fenómenos más escalofriantes de nuestra realidad doméstica.

Los expertos en Criminología explican con claridad meridiana la forma en que el crimen organizado se transforma en mafia. Monta estructuras empresariales para ocultar sus actividades, aprovechando la corrupción y/o la permisividad de las instituciones de gobierno, con las que se alía. Este “ayuntamiento” deja a salvo todas las acciones de las que se vale para amedrentar a la comunidad, como la coacción, la extorsión, el soborno, el chantaje, etc. Y su “acto cumbre” va más allá de influir en las decisiones de los que gobiernan, corona cuando se convierte en gobierno, porque ya son gobierno, usted lo sabe.

La mafia y las redes del crimen organizado jamás prosperarían si no existiera su convivencia con el gobierno. La corrupción política es su aliada. Iguala es triste ejemplo de este maridaje. Hay un alcalde prófugo – el rico del pueblo - , que se convirtió en primera autoridad política porque hubo un partido que le dio su aval -  aunque hoy se lancen sapos y culebras y nieguen los ínclitos dirigentes “el padrinazgo” – con una esposa vinculada con la mafia lugareña, también en fuga – aunque la desconozcan sus propios parientes - que ganó una elección, porque la mayoría de los electores así lo decidió y/o lo permitió.

La democracia entendida como estado social de derecho y las formas de corrupción de cualquier orden, SON INCOMPATIBLES. De tal suerte, que donde hay corrupción, no puede haber democracia. En los gobiernos democráticos no hay ausencia de valores ideológicos, éticos y morales, es su vacío lo que provoca que los ciudadanos no tengan referencias válidas dentro del sistema, y entonces ni confían, ni creen en él y LO RECHAZAN, pero no saben cómo deshacerse del mismo, y entonces se enraíza y se vuelve más difícil combatirlo.

Las actividades ilegales desde el punto de vista normativo, o bien, legales pero inmorales y no éticas desde el punto de vista social, se desarrollan de dos maneras: la primera estriba en apropiarse de bienes, empresas o instituciones que provean fondos para financiar actividades políticas, a través de grupos de presión fuera o dentro de los propios aparatos de los partidos políticos y la segunda es lo que se conoce como “crimen organizado”, cuya finalidad es la utilización de organizaciones delictivas que funcionan a partir de una decisión consciente y deliberada, y desarrollada en forma sistemática y organizada. Crecen y se fortalecen con mayor facilidad en aquellos lugares en los que la pobreza y la marginación no han sido superadas, ahí el clientismo, el padrinazgo, el populismo, son instrumentos “inmejorables” para operar. La falta de valores democráticos permite el desarrollo de este tipo de organización corporativista. La cooptación, la obediencia ciega, el servilismo, sustituyen la solidaridad social, la tolerancia, la justicia y obviamente la resolución de problemas democráticamente.

Los partidos y grupos políticos de clara tendencia antidemocrática tienen mucho en común con las organizaciones delictivas, tan es así que se utilizan mutuamente y hasta se asocian. Compartiendo en ocasiones las mismas redes de lavado y legalización del dinero, los mismos asesores legales y financieros y, en muchos casos, los mismos aparatos logísticos de la clandestinidad marginal. Y entonces se generan espacios en los que ya no se diferencia entre actos de gobierno y delincuencia, es una especie de zona fronteriza entre los valores democráticos y el mundo antidemocrático, entre lo ético y lo inmoral. Los estudiosos del tema le llaman “zona gris”. Guerrero es una de esas zonas, pero no es la única, mire usted a su derredor. La mancha se esparce de manera vertiginosa, y si no reacciona el aparato del estado EN SU CONJUNTO, presionado por una ciudadanía que es la dueña de México – no alrevés- , nomás imagine a qué estamos condenando a los niños y a los jóvenes de nuestro país, y a todos lo que aún no han llegado, nomás calibre la magnitud de la hecatombe de la que seremos cómplices.  

Esther Quintana SalinasImagine a quÉ estamos condenando a los niños y a los jóvenes de nuestro país, y a todos lo que aún no han llegado, calibre la magnitud de la hecatombe de la que seremos cómplices

domingo, 26 de octubre de 2014

Los derechos de los niños

25 de Octubre

Los límites son fundamentales cuando se educa a niños ¿por qué? Porque les dan seguridad, coherencia y son un instrumento sustantivo para su madurez emocional 

Los límites son fundamentales cuando se educa a niños ¿por qué? Porque les dan seguridad, coherencia y son un instrumento sustantivo para su madurez emocional; representan una forma inteligente de contención y comprensión. De ahí la relevancia de que los padres eduquen y formen a sus hijos con esos parámetros. Cuando a uno en casa, sus padres, le enseñan que es conveniencia propia respetar las reglas, es más fácil adaptarse al mundo que lo rodea, a la sociedad de la que se es parte, a relacionarse con los demás y a entender la autoridad. Cuando tus padres te enseñan a transitar por la vida, desde que eres una criatura, la confianza y la seguridad se generan. A mí, mi madre, me enseñó a que los límites no eran impedimento para crecer, ni para coartar mi natural curiosidad de explorar mi entorno. Y es fecha que se lo sigo agradeciendo porque ese aprendizaje me ha sido muy útil para hacerme cargo de mis actos y sus consecuencias. Me quedó bien claro que las emociones son válidas, son parte de nuestra naturaleza, pero eso no implica que uno se deje llevar totalmente por los impulsos. Son reglas de oro que si las observas te amortiguan raspaduras y descalabros en el trayecto de la existencia.

Este preámbulo obedece a que quiero compartirle las razones que tuvimos los legisladores panistas, yo entre ellos, para votar a favor, el jueves de esta semana, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) y reformas a diversas disposiciones de la Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil.

En primer lugar porque se reconoce a NNA como titulares de derechos, de conformidad con los principios de interés superior de la niñez, universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. Entre otros, a disfrutar del más alto nivel posible de salud, así como a recibir la prestación de servicios de atención médica gratuita y de calidad, con el fin de prevenir, proteger y restaurar su salud. 

Se prescribió también que tienen derecho a una educación de calidad que contribuya al conocimiento de sus propios derechos y, basada en un enfoque de derechos humanos y de igualdad sustantiva, garantice el respeto a su dignidad humana, al desarrollo armónico de sus potencialidades y personalidad, y fortalezca el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales, en los términos del artículo 3o. constitucional. Y que sus padres o quienes ejerzan la patria potestad, guarda o tutela, tienen derecho a intervenir en su educación.

Mi compañero de bancada, el diputado José Alfredo Botello, a propósito de la intervención de los padres en la educación de los hijos, dijo con toda claridad que “ …es altamente riesgoso, que niñas, niños y adolescentes puedan tomar decisiones sin la orientación de nosotros, sus padres, en algo tan delicado como la sexualidad, con implicaciones físicas, sicológicas, económicas en el presente y el futuro’’. 

Asimismo, que las autoridades, TODAS, tendrán que  proporcionarles asesoría y orientación sobre salud sexual y reproductiva. Y que la educación sexual integral que se les imparta será conforme a su edad, desarrollo evolutivo, cognoscitivo y madurez, para que de manera informada y responsable sus derechos aprendan a ejercer los derechos consagrados en todas las leyes.

De ahí que la diputada panista Raquel Jiménez Cerillo expresara: ‘‘No podemos forzar a un árbol a dar fruto si no ha madurado; no podemos forzar a un ave a salir a volar si no está preparada. No podemos lanzar a nuestros niños y niñas al mundo sin preparación’’.

No se limitó ningún derecho a los niños, como afirmó la izquierda en tribuna, sino todo lo contrario, se reconoció que los tienen y que hay que garantizar con la fuerza de la ley, que se  cumplan.

La minuta va al Senado de nueva cuenta. Los diputados ejercimos nuestra facultad de Cámara revisora y modificamos aspectos sustantivos de lo que ellos nos enviaron, confiamos en que la motivación y fundamentación que los avala, lleve a la Cámara alta, a la aprobación de los mismos.


domingo, 19 de octubre de 2014

Cuando la sal se pudre…

18 de Octubre
En México se ha convertido en negocio, pujante negocio, ser delincuente.

En palabras del politólogo norteamericano Samuel Huntington, la corrupción tiende a propagarse en períodos de rápido crecimiento y modernización, debido al cambio de valores y nuevas fuentes de riqueza y de poder. Lo traigo a estas reflexiones que hoy me permito compartir con usted porque tenemos que explicarnos lo más racionalmente posible lo que está sucediendo en nuestro país, porque estará usted de acuerdo conmigo que lo de Guerrero no es un hecho aislado. En los últimos 20 años se han venido mezclando valores propios de una sociedad consumista, que entroniza la riqueza material como razón toral de su existencia, con los del enriquecimiento fácil, sin importar la procedencia. La corrupción y el auge del narcotráfico, hoy día son fuente “inagotable” de bonanza para muchos. No ha sido difícil que permeen, hay condiciones culturales para que así suceda.

Vuelvo a Huntington. Escribía que la corrupción es “como el aceite que permite funcionar los engranajes, aunque manche a quien lo toque”; tan es así que este entendido es parte del lenguaje popular: Se habla de “aceitar” un trámite cuando se soborna al fulano o la fulana del que depende que se haga,  en México se dice “maicear o untar”. Con este arrope huérfano de ética  creció y se multiplicó. Se “acepta” como una modalidad en las relaciones de poder, “funciona” como una instancia de reproducción social, por encima de las instituciones y prácticas legítimas, “para hacer perdurar una relación de poder injusta o una lógica económica sin límites”.

En su libro Corrupt Cities, Robert  
Klitgaard, Ronald MacLean-Abaroa, y H. Lindsey Parris, destacan que los gobiernos locales —generalmente más débiles que los gobiernos nacionales— pueden caer en la corrupción sistémica. ¿Por qué? Porque los sueldos suelen ser más bajos y, en consecuencia, el personal tiende a ser menos calificado. También porque aumenta el riesgo de que se designen funcionarios por mandato de una gavilla con poder, o con un enfoque populista. Derivado de esto, los gobiernos pueden quedar en manos de oportunistas sin escrúpulos o de idealistas bien intencionados, pero incapaces de gobernar, y entonces la administración de la ciudad, se convierte en caldo de cultivo ad hoc para que “florezca” una caterva de dictadorsetes, un sistema corrupto, o ambos.

La situación de corrupción generalizada contribuye a la deslegitimación de las instituciones públicas y privadas, agudiza la perversión de las costumbres políticas y de las prácticas económicas, el Estado se vuelve incapaz de controlar estos procesos que, articulados a las presiones de la nueva elite económica surgida del narcotráfico para conquistar espacios políticos, junto con la intensificación de la violencia, de la delincuencia organizada, dan como resultado profundas crisis sociales. En Guerrero, además, están la violencia endémica multiforme, acicateada por la pobreza y la marginación material y cultural, y la ineficiencia de la justicia. Pero no es el único foco, se están multiplicando a lo largo y ancho del país. En México se ha convertido en negocio, pujante negocio, ser delincuente. 

El “maridaje” entre las estructuras de gobierno y las de la delincuencia organizada está viento en popa a toda vela, y en proyección nacional. Se exhibe con desparpajo. La insensatez del estado - entendido este como organización política - traducida a la tolerancia, cuando no que a la complicidad, hacia la corrupción, ha puesto en jaque la gobernabilidad de nuestro país, y por ende la seguridad nacional. También hay otro ensamble, el de los partidos políticos y candidatos con el narcotráfico. No basta con el financiamiento público para las campañas, son muy costosas. Con esto no solamente se distorsiona la competencia democrática y enloda la política, que ya es deleznable, sino que vienen aparejados crímenes impunes, fosas clandestinas colmadas de cadáveres sin identificar, desaparecidos y quien sabe que más… Iguala ilustra a detalle la pudrición del sistema.

En México se está matando con extraordinaria facilidad.