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miércoles, 10 de diciembre de 2014

¿Somos mexicanos?...

6 de Diciembre 2014 
Llegó la hora de que demostremos si somos patriotas de 15 de septiembre o si realmente NOS IMPORTA la patria, que es una y se llama MÉXICO

En nuestro país suceden cosas que no pasan por el tamiz de la cordura y el raciocinio para explicarse. Algo como que los pájaros tienen pelo y las vacas plumas, así de irracional. Pero lo acontecido en las últimas semanas de plano no tiene nombre. Andamos en la tierra del revés.

Tenemos un presidente de la República que no manda, un grupo de “ínclitos” que no son el presidente y que si mandan, aunque no se les vea, pero existen. El presidente está reprobado, sus secretarios de estado también lo están. Hay desaparecidos que presumiblemente están muertos, pero no lo están porque no hay pruebas fehacientes que así lo constaten. Tienen a un alcalde preso que sabrá Dios que declaraciones habrá hecho, eso es top secret, pero que a lo que se ve no han sido suficientes para que la Procuraduría de la República tenga el caso listo para que la autoridad jurisdiccional proceda.

Y van saliendo más muertos, Guerrero es una tumba clandestina. ¿Quiénes son los desdichados que han encontrado? Tampoco se sabe. Lo que está a la vista es que solitos no fueron a parar ahí, pero la autoridad no sabe nada.  Y el ribete del escándalo, la “casa blanca” y el “depa” de Miami, y la explicación en torno a su adquisición tan desafortunada, para decirlo de manera educada, que corrió por cuenta de la esposa del presidente. ¿Quién asesora al Presidente? 

Tenemos las finanzas con severas dificultades. El barril de petróleo está a la baja, bajísima. El valor del peso en relación al dólar es un SOS, se mantienen impuestos irracionales, se van a pagar indemnizaciones por un tren que ya no va a hacerse por las sinvergüenzadas en el otorgamiento del contrato, etc. El desorden que va ganando terreno en el país, no es fortuito, entre los que legítimamente protestan y los mercenarios que se montan en la protesta para desvirtuarla, con una autoridad a la que cada día se le ve menos como tal, porque la rebasan con la mano en la cintura, México se encamina al caos. La gente de a pie, que son los más, YA NO CREE EN SUS AUTORIDADES, las tiene aborrecidas, no les inspiran ninguna confianza. Y el Gobierno Federal en lugar de salir y asumir su responsabilidad de frente, empezando por reconocer sus fallas, aceptando que las toneladas de corrupción e impunidad metidas hasta el tuétano, han dañado severamente su eficiencia y su eficacia en el cumplimiento de sus deberes y obligaciones, hace todo lo contrario.

El decálogo presentado por el presidente Peña Nieto, lo digo así llanamente, NO VA A RESOLVER EL GRAVE PROBLEMA QUE NOS AQUEJA. Está proponiendo leyes, nos está turnando propuestas de reformas y adiciones para “enderezar” un sistema que ya dio lo que tenía que dar. En el Congreso los legisladores tendremos que analizar y discutir la viabilidad de las mismas, no solo desde el ámbito jurídico, que ya es complejo, si no desde lo más crudo, que es la realidad del país, porque diputados y senadores tenemos el deber de tomarla ABSOLUTAMENTE en cuenta, o valdrán para dos cosas las reformas y adiciones, es decir para nada y para nada. Está más que demostrado que las leyes por si solas no resuelven nada, en México tenemos para dar y prestar, y mire en las que andamos. Las leyes sirven si se cumplen, si se observan, si la autoridad obligada a hacerlas cumplir lo hace, si los destinatarios obligados a acatarlas, las acatan. Las leyes son útiles cuando la sociedad entera les otorga esa utilidad ciñéndose a sus prescripciones. Pero en nuestro amado país el deporte favorito es violarlas y quedarse en la impunidad. Y cuando la violación proviene de la misma autoridad y a la autoridad nadie la castiga, entonces se llega a donde hemos llegado, al caos y a la anarquía.

Hoy día, en este país nuestro, gobernantes y gobernados tenemos que tomar decisiones de vida, de esas que marcan un antes y un después. Si queremos que haya democracia como FORMA DE VIDA, tenemos que construirla entre todos. En la democracia concebida así, las desigualdades sociales se achican y las oportunidades para vivir con dignidad se generan y se abren para todos. A los corruptos se les juzga y se les mete a la cárcel, sin distinción alguna, del sector público o del privado. La actuación de los gobernantes se pone en vidriera, para que todo el mundo la conozca, eso es TRANSPARENCIA, lo demás es… póngale nombre usted. Ese es un camino. El otro, es seguir haciéndonos de la vista gorda, es decir, mantenernos aceptando que es lícito violar la ley, matar, mentir, falsificar documentos, obstruir la justicia, hacer arreglos en lo oscuro, en fin, toda la inmundicia que alimenta la corrupción.

Llegó la hora de que demostremos si somos patriotas de 15 de septiembre o si realmente NOS IMPORTA la patria, que es una y se llama MÉXICO.

La risa ilumina el alma

 29 de Noviembre 2014

Cuando esto escribo estoy enterándome de la muerte de un señor muy querido por propios y extraños. Hay decesos que se celebran, decía una amiga de mi madre, Primi, le decíamos de cariño, y eso lo dijo cuando una bala perdida le dio a su marido en la mera cabeza  justo en el momento en que él se echaba la segunda cerveza del día en la mesa del barecito al que solía llegar todos los días a eso de las 12 del día. Nunca trabajó el cristiano, Primi lo hacía por él, para él y para su numerosa prole - 9 chiquillos -, y le daba hasta para sus “tragos”, aquel fue el último. De modo que cuando mi madre le fue a dar el pésame, levantó los brazos y la mirada al cielo y le dijo: “No, Rosario, bendito sea Dios que se lo llevó, ya voy a descansar y él pues va a hacer allá con el Padre eterno, lo que siempre le gustó, estar sentadito sin hacer nada”. El de don Roberto se lamenta.

Roberto Gómez Bolaños, nos hizo reír a carcajadas. El “Chespirito” se lo puso el director cinematográfico Agustín P. Delgado, haciendo alusión al diminutivo en la pronunciación castellanizada de William Shakespeare, por su talento y en diminutivo porque era chaparrito. Su “Chavo” y su “Chapulín Colorado” fueron la delicia y lo siguen siendo, de niños jóvenes y adultos. No me acuerdo el día de la semana que pasaban el programa, pero nunca se me olvida, que se volvió costumbre en miles de hogares mexicanos estar listos a la hora en que era televisado, para disfrutarlo.
“El Chavo” se convirtió en referente de los programas televisivos mexicanos exitosos. En Sudamérica lo adoran, igual que a su otra creación, “El Chapulín Colorado”. Mis hijos y los de muchos de mi generación crecieron familiarizados con ellos y con el “Doctor Chapatín” y su inseparable bolsita de papel en la mano, con “Chaparrón Bonaparte”, con “El Chómpiras” y las cachetadas guajoloteras que le plantaba “El Botija”. Eran diálogos simples, sin leperadas ni vulgaridades, que hacían las delicias de quienes los escuchábamos. 

A la vera de Chespirito también despegaron otras figuras queridas para el público que seguía el programa. “El Quico” de Carlos Villagrán, “La Chilindrina” de María Antonieta de las Nieves, Florinda Meza como “Doña Florinda”, Angelines Fernández como “La Bruja del 79”, nuestro saltillense Rubén Aguirre como “El Profesor Girafales”, Edgar Vivar como “El Botija”, el “Don Ramón” de Ramón Valdez, Raúl Padilla el viejito cartero que siempre rememorando el pueblito en el que había nacido.

El programa alcanzó fama internacional. Saben del mismo en España y Estados Unidos, incluso en Italia y en Turquía. Don Roberto también incursionó en teatro, tuve la oportunidad de verlo en su comedia “11 y 12”, con local lleno, fue en el Libanés. Fueron más de 28 mil funciones. También hizo cine, pero fue la televisión la que permitió que su talento fuera conocido en su propio país y allende los mares.

Qué bueno que en vida recibió homenajes y reconocimientos, porque los pudo disfrutar, ya muerta la gente… qué más da. Se supo querido y apreciado, y al final del día es lo que se llevó en el corazón. Don Roberto se queda en el afecto entrañable de los millones de mexicanos y extranjeros que gozamos de su talento, porque nos hizo reír a carcajadas, hasta las lágrimas muchas veces.

Don Roberto es de esos personajes que siempre estarán vivos en la memoria de los recuerdos queridos. Se quedan con nosotros la ingenuidad del “Chavo”, la valentía del “Chapulín Colorado”, la simpatía del “Doctor Chapatín”, la mansedumbre del Chómpiras y las “chiripiolcas” de “Chaparrón Bonaparte”.

La risa es un refugio, leí en alguna parte, ante los sinsabores de la vida y un modo de unirse, en alegría, con las personas que lo rodean. La risa es sol, como escribía Víctor Hugo, que ahuyenta el invierno del rostro humano. Desde el alma, muchas gracias Chespirito.