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martes, 22 de agosto de 2017

Una plaga maldita

La corrupción es un cáncer que afecta gravemente la legitimidad de la democracia; está en los ciudadanos decidir cuándo erradicarla
 
El Banco Mundial define a la corrupción como “el abuso de poder público en beneficio propio”, de la misma definición se infiere que quién comete un acto corrupto está en una posición de poder y que recibe algún tipo de beneficio (en dinero o en especie) que no es procedente o simple y llanamente que es ilegal.

Cuanto escuchamos en la propaganda corifea que paga con largueza el Gobierno de Coahuila, a más de las declaraciones de sus ínclitos funcionarios, pues vivimos casi, casi, en el paraíso terrenal. En Coahuila, según sus loas, el Estado de derecho es de presumirse, dado que el respeto a la Ley es una de sus principales características, impecable el funcionamiento de sus instituciones y el gozo de un régimen de facultades y libertades garantizadas a plenitud. 

Se lee muy bonito, ¿verdad? Pues no es más que una farsa nuestra democracia… gulp… ¿Qué he escrito? Es absolutamente falsa y perversa, ¿por qué? Pues porque está sostenida por un régimen corrupto. Esta infame simulación ha generado una desigualdad grosera entre sus habitantes; ha logrado desacreditar la impartición de justicia, ha hecho papilla la separación de poderes, ha generalizado la corrupción en todas las instituciones del estado, en los sindicatos (ahí es inmemorial), en las cámaras patronales (tiene aliados a por mayor), en los organismos autónomos, en todo cuanto toca… Quince años el zar anticorrupción ha dejado a los jubilados muy cerquita de la inopia, ha quintuplicado los privilegios de la clase política, ha sido generador sostenido de degradación moral con la mandada al… de los valores que le dan contenido y sentido a la existencia. Han producido saqueos a las arcas públicas sin ningún castigo de por medio… a los pensionados, es decir, sus pensiones, han tenido un destino muy distinto del planeado… están en quiebra… y aun así, en las pasadas elecciones uno de los sectores más golpeados, el magisterio, no tuvo empacho en votar por los candidatos de los tricolores. Hay una profunda fractura social, pero siguen haciendo caso omiso.

La salud, la educación, básicamente, han sufrido una regresión devastadora… ¿Y qué? La indiferencia de miles de personas que habitan en Coahuila es el mejor cohesionador de las victorias electorales del PRI, a lo que se suma la compraventa de votos, la utilización de influencias o amigos de  quienes parten y reparten el queso, que no beneficia más que a quienes los conciertan. La eterna corrupción política está dañando a nuestra Coahuila de forma terrible. La actividad política la han vuelto un negocio de pillastres y detrimento de la sociedad en general. Dese usted una vuelta por la periferia de Saltillo, en donde viven los más pobres entre los pobres, ahí está en toda su desalentadora realidad el estancamiento del desarrollo, las dentelladas de la marginación, el avance sistemático de la pobreza. Hay que ser desalmado hasta el tuétano para permanecer impasible. 

Somos vergüenza nacional, las últimas elecciones exhibieron sin pudor alguno la ristra deleznable de fechorías que se pueden cometer con tal de permanecer en el poder hasta la consumación de los siglos. Es un hecho que conlleva una cantidad enorme de efectos negativos para Coahuila, como son la acentuación de la pérdida de confianza y por ende, de credibilidad en el Gobierno. Hay un profundo descontento de los coahuilenses aunque el moreirato pague a precio de oro la minimización de la debacle.

Hay desilusión, molestia e inconformidad en Coahuila. Aunque no lo acepten quienes hoy gobiernan. ¿Qué sucede cuando la propia autoridad se convierte en promotora del debilitamiento de las instituciones que le dan sustento? Avanza la corrupción, no tiene ciencia. La corrupción es un cáncer que afecta gravemente la legitimidad de la democracia, atenta contra el sistema económico y se convierte en un elemento sine qua non de desintegración social. 

En sociedades como la danesa, los ciudadanos se sienten iguales y no toleran que nadie saque ventajas de manera ilegal. En México ocurre todo lo contrario, los héroes son los sinvergüenzas, se vota por ellos en las urnas, no importa la cola de raterías que les preceda… No tengo la menor duda de que la desigualdad social es una de las fuentes más importantes de la corrupción. Por eso en Coahuila no se le combate, al contrario, se le procura, se le cuida. Mantener a la gente boca bajeada es condición ineludible. Las sociedades igualitarias no entran en el patrón de prioridades de los dueños de la entidad federativa, la inequidad sí.
¿Cuánto tiempo más?

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