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Abril 2015
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El
bienestar de una nación y de sus instituciones se apuntala en un ejercicio
político basado en honestidad, en lealtad, en transparencia, en rendición de
cuentas, en austeridad y en espíritu de servicio. La deslegitimación que hoy
día se carga la clase política se explica en la ausencia de estos valores.
Actualmente las raterías y las sinvergüenzadas rigen la vida nacional con más
fuerza y desfachatez.
México
está padeciendo TODOS LOS MALES que trae consigo un ejercicio político huérfano
de honestidad. El despilfarro, el peculado, la riqueza inexplicable, el abuso
del puesto para hacer y deshacer, obviamente cobijados entre los pliegues de la
impunidad, son recurrentes y a ojos vistas. Y entre más alto es el cargo,
mayores son la corrupción y la impunidad.
“Mi
responsabilidad es lograr que México despliegue todo su potencial. No hay
intereses intocables, el único interés que protegeré es el interés nacional”.
Esta es una declaración categórica, emitida por el presidente Enrique Peña
Nieto, durante la celebración de la 21 Asamblea Nacional Ordinaria del Partido
Revolucionario Institucional, el 3 de marzo de 2013. ¿Más claro el concepto? No
deben haber entonces, ni intereses ni personas intocables, porque en un estado
de Derecho la observancia de la ley es obligación de TODOS.
La
ley no se hizo para ajusticiar a unos, ni para encubrir a otros. Me dice un
buen amigo que soy muy rigorista, que eso no funciona así, que el mismo sistema
protege a sus filibusteros, porque si estos abren la boca se conocerían
demasiadas… - no pongo la palabrota - y se haría pedazos el propio sistema. Así
“nacen” los intocables.
Los
intocables son una caterva de sinvergüenzas protegidos por el propio gobierno
y, hagan lo que hagan, como su nombre lo dice: NO LOS TOCAN. A este infame club
pertenecen aquellos políticos que han ocupado posiciones en el primer círculo,
y por ello conocen sus resumideros, donde se aloja lo más podrido y
nauseabundo. En esos albañales se acuerdan las acciones más ruines, verbi
gratia, quien llega al cargo X y quien no, el uso y destino de los recursos
$$$$$ que no pasan por contraloría y menos por auditoría, quien realmente da
las órdenes, a que “amigos y empresas amigas” se van a favorecer, y a robar con
impunidad la hacienda pública, entre otras lindezas. “Quien conoce todo ese
mugrero, tiene el poder a sus pies de aquí a la eternidad, y se vuelve
intocable…y rico”, me dice mi amigo, el que me tilda de rigorista.
El
presidente Peña no ha dado muestras de ser el protector del “interés nacional”,
ni siquiera fue capaz de despedir a su empleado de Conagua, a su flamante
titular David Korenfel, al que agarraron con las manos en la masa o, para ser
más precisa, con los pies y el cuerpo entero utilizando como propio un
helicóptero propiedad del organismo desconcentrado. Si no lo han grabado,
seguiría siendo el mandamás de Conagua. Qué vergüenza… solo porque lo pescaron
se va.
El
silencio de Peña Nieto es muy elocuente…los mexicanos ya tenemos bien claro,
cuales son los intereses que protege. ¿Usted también?.
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