Amigos
y amigas:
Les
comunico que en la sesión ordinaria del 17 de Febrero de 2015 aprobamos un dictamen que reforma la fracción III del
artículo 112 de la Ley General de Salud, para que se incluya el autocuidado de
la salud, así como los temas de automedicación y riesgos de autoprescripción.
El
documento establece que se entenderá como automedicación al uso racional de los
medicamentos autorizados y por autoprescripción al uso sin receta médica ni
supervisión de medicamentos.
Surge
de una iniciativa presentada el 23 de octubre de 2014 por los diputados Isaías
Cortés Berumen (PAN), Rosalba Gualito Castañeda (PRI), Francisco Javier
Fernández Clamont (PRI) y Carla Alicia Padilla Ramos (PVEM), fue aprobado por
363 votos a favor, 25 en contra y tres abstenciones y se turna al Senado para su
análisis.
Se
considera que un sinnúmero de problemas de salud son tratados con uno o más
fármacos de libre acceso como tratamiento primario o adyuvante a terapias
mayores.
En
sí, la automedicación no se considera dañina y se refiere que los medicamentos de
libre acceso pueden comprarse sin prescripción y en muchas ocasiones puede
ahorrar tiempo y dinero a los usuarios, los cuales se usan para manejar o
asistir en el manejo de más de 450 condiciones médicas.
Por
ejemplo, en el tratamiento de cefaleas (dolor de cabeza) no migrañosas y
pirosis (agruras), así como gripa común, rinitis alérgica (estacional o
perenne), dismenorrea, fiebre, constipación o estreñimiento, diarrea y
dermatitis por contacto, entre otras.
También
se puede usar para disminuir síntomas menores y con ello evitar visitas
triviales o innecesarias a consulta, con el consecuente ahorro económico.
Sin
embargo, se aclara que la automedicación está lejos de ser una práctica
totalmente segura, en particular en el caso de la automedicación no responsable.
Los
riesgos potenciales de las prácticas de automedicación son: auto-diagnóstico
incorrecto, los retrasos en la búsqueda de consulta médica cuando sea
necesario, las reacciones adversas poco frecuentes pero graves y las
interacciones con medicamentos que puedan ser peligrosos.
Asimismo,
la manera incorrecta de administración, dosis incorrecta, la elección
inadecuada de la terapia, el enmascarar una enfermedad grave y el riesgo de la
dependencia, así como el abuso.
Se
ha reportado que la automedicación puede dar lugar a retraso en la búsqueda de
atención, la cual resulta en una paradójica pérdida económica debido al retraso
en el diagnóstico de condiciones subyacentes y la adecuada administración de
tratamiento.
En
el texto aprobado se señala que la reforma tiene “la finalidad de maximizar los
beneficios y minimizar los riesgos en la materia, por lo que se sugieren
estrategias que pueden funcionar a través de sistemas de vigilancia, asociación
de pacientes, médicos y farmacéuticos”.
También
para “la prestación de la educación e información a todos los interesados sobre
la automedicación segura”.
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