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Mayo 2015

El
día que el electorado en este País nuestro le otorgue el peso que tiene a la
integración del Poder Legislativo, y que se vuelva puntualmente cuidadoso en la
revisión de la trayectoria de cada uno de los aspirantes al cargo, y decida
conforme a esto, y no a la propaganda en la que solo aparece el candidato o
candidata con una sonrisa de oreja a oreja y una frase pegajosa con la que
invita a votar por él o por ella, y además haga hincapié en su honorabilidad y
honestidad, que debiera ser primordial a la hora de tomar decisiones, otro
gallo va a cantarle a México.
Los
mexicanos se quejan amargamente del desempeño de sus representantes, pero
infortunadamente no se ocupan de elegir racionalmente. Si existe un cargo
público que no goza de las simpatías de la ciudadanía es precisamente este que
estoy casi terminando, el de diputado, en mi caso, diputada. Los calificativos
más duros son para los legisladores, entre los pronunciables destacan:
“sinvergüenzas, vividores, cínicos, inútiles, levantadedos, vendepatrias…”, y
de ahí para adelante. Si a esto le suma el desconocimiento que el grueso de la
población tiene respecto a las tareas que les corresponden realizar a los
legisladores, pues el repudio se agiganta. En el artículo 73 de la Constitución
de los Estados Unidos Mexicanos, se establecen las facultades que tiene el
Congreso de la Unión; en el 74 las que son exclusivas de los Diputados, y en el
76 las de los Senadores.
Si
se leen las disposiciones en cita, no quedará ninguna duda que las funciones
sustantivas de un legislador son LEGISLAR; es decir, hacer leyes en las
diferentes materias que ahí se especifican; APROBAR O RECHAZAR previa
discusión, el Presupuesto de Egresos de la Federación y la Ley de Ingresos;
REVISAR la cuenta pública; HACER nombramientos de ciertos funcionarios que
particularmente corresponde a alguna de las dos Cámaras,en el caso del Senado;
atender lo relativo a la política exterior, y demás que la propia Constitución
establece. También corresponde a los legisladores DENUNCIAR los abusos e
irregularidades que se cometan en el ejercicio del poder público. Lo que usted
no va a encontrar en ninguna parte del articulado, es que a diputados o
senadores corresponda otorgar la prestación de servicios públicos; esa es tarea
del Poder Ejecutivo en sus distintos niveles de gobierno, o repartir despensas
y todo género de mercaderías para tener a los más necesitados de rodillas, eso
es una sinvergüenzada que ha contribuido con creces a robarles la dignidad a
las personas, haciéndolas dependientes hasta la consumación de los siglos, para
daño propio y del País. Tampoco hallará en el articulado ningún sustento
jurídico para que el Congreso ordene la ejecución y observancia de las leyes,
esas son facultades del Poder Ejecutivo.
Si
usted quiere verdaderos representantes en la Cámara tiene que elegirlos con la
cabeza fría, y llegados al cargo, no los deje, exíjales que cumplan con lo que
le prometieron cuando fueron a la puerta de su casa a pedirle el voto; pero
analice las promesas, porque estas tienen sentido y se podrán cumplir si se
vinculan con las facultades establecidas en la Constitución, de otra manera le
seguirán tomando el pelo. Los legisladores le deben el cargo a usted, por eso
están obligados a rendirle cuentas; esa exigencia lo legitima a usted también
como representado.
Califique
de manera objetiva el desempeño de quienes concluimos el mandato que usted nos
dio, conociéndolo. En la página del Congreso se destaca de manera
pormenorizada, consúltela por favor. Evalúenos de acuerdo a las facultades que
tenemos, verifique como las ejercimos. Estoy segura que esto le dará elementos
para decidir a quien le otorga su confianza en las urnas el próximo 7 de junio.
Consérvelos en su memoria, es una solicitud respetuosa.
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