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domingo, 7 de mayo de 2017

Votar es un acto de amor patrio

El voto es un acto de conciencia, ir a las urnas y votar en congruencia con nuestros valores cívicos para fortalecer nuestra democracia

¿Cómo serán estas elecciones? ¿Seguirán el patrón de siempre? Ya tengo a mi amiga Laurita aquí a un lado opinando al respecto, con su natural ironía: “Pues nomás que no nos pongan a elegir entre lo nefasto y lo menos nefasto”. La experiencia nos dice, con evidencia de por medio, que las elecciones en Coahuila suele ganarlas el abstencionismo. Y ese es el peor enemigo de los procesos eleccionarios ¿Por qué tiene que ser de esta manera? ¿No hay algo que conmueva y mueva a quienes pasan por alto un acto tan trascendental para el éxito o el fracaso de una comunidad?

La gente está disgustada y con sobrada razón, de la clase gobernante, y es que hay quienes se han encargado con su actuación sobrada de voracidad y colmada de desvergüenza, de hacer del ejercicio del servicio público algo despreciable, y en ello hay de todos los colores, sabores, edades y género. Y esto debiera ser precisamente, lo que se convirtiera en acicate para acudir a las urnas e impedir la llegada de individuos así al cargo público. Anular el voto o no votar, favorece al sistema, al partido que lleva gobernando Coahuila desde hace más de 84 años. Esta  “rebeldía”, simple y sencillamente les beneficia, porque al no existir – también por voluntad de los tricolores – ningún mecanismo legal que obligue a alcanzar el cargo con un porcentaje mayor al cincuenta por ciento más uno de quienes sufraguen que hoy tenemos, pues a todo dar. Su voto cautivo, integrado con el de cada persona de las colonias populares a quienes controlan con el fuete de la despensa, material para la construcción, focos, tinacos, etc., etc., o la amenaza de perder todo esto, o de palizas o “accidentes” a familiares, aprovechando a todas luces su doble marginación, más el de burócratas y maestros amenazados con la pérdida de plaza, sumado al de los empresarios sin escrúpulos que han hecho a la vera del dragón fortunas y fortunotas, se GARANTIZA sus  “victorias”. ¡Que viva el abstencionismo! Su aliado insustituible, para desgracia de Coahuila.

Si usted quiere que nuestra entidad federativa siga transitando por el derrotero del fracaso, absténgase, pero no se queje después de quienes llegan a servirse del cargo público y a prodigar fortuna mal habida para el susodicho o susodicha y a toda su descendencia, per secula seculorum. Si ustedes, estimados jóvenes, que constituyen el segmento más grande de votantes, estiman que Coahuila vale un cacahuate y que no tiene sentido ir a marcar un recuadro de los que aparecen en la boleta, porque todos los aspirantes son lo mismo y ni a cual irle, tengan la certeza de que seguirá la dictadura, de que no habrá alternancia, de que en el Congreso local prevalecerán los súbditos del gobernador en turno, pero nunca los representantes de los intereses de ustedes. Y de que persistirá la hegemonía de los tricolores en los municipios. La misma historia de siempre, sin novedad alguna. El voto no es una apuesta en los gallos, ni equivale a un cachito de lotería, ni es un concurso de reina de la simpatía. El voto es un acto de conciencia, ir a las urnas y votar en congruencia con nuestros valores cívicos es lo que va a fortalecer a nuestra enteca democracia. No es cierto que todos los políticos son sinvergüenzas y ladinos, indague usted en sus trayectorias, ahí encontrará un número de evidencias que determinarán si es de fiar o es más de lo mismo. Y número dos, hágase cargo del electo cuando esté desempeñándose, exigiéndole que cumpla cuanto fue a prometerle cuando tocó a su puerta para pedirle el voto a favor. Es una manera eficaz de ir cambiando el desempeño de los servidores públicos, se tiene que entender que no se está tratando con mirones de palo, sino con los representados, con los dueños de la casa. Y que es una relación en la que tienen que privilegiarse la responsabilidad y el respeto. 

Votar en las elecciones es IMPORTANTÍSIMO, es la vía para encomendar el gobierno de la entidad y de los municipios a quienes quedan obligados a organizar y promover el BIEN COMÚN, es decir las condiciones políticas, sociales y económicas que hacen posible el desarrollo de las personas acorde con su dignidad. Y esto estimado leyente, dicho con todo comedimiento y respeto: SI ES DE SU ABSOLUTA INCUMBENCIA, se trata de definir a quienes va usted a contratar para que CUIDEN la casa en la que viven usted y sus seres más queridos, y la casa es suya.

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