Por Esther Quintana Salinas
La reforma energética que ha propuesto el Partido Acción Nacional, no versa en materia de hidrocarburos y del sector eléctrico, va más allá
La reforma energética que ha
propuesto el Partido Acción Nacional, no versa exclusivamente en materia de
hidrocarburos y del sector eléctrico, sino que va más allá, abarca el
componente de sustentabilidad en el tema del impacto ambiental e impulsa energías
alternativas, porque estamos ciertos que el petróleo no es eterno. De entrada,
esto implica reformas sustantivas al marco constitucional.
Estamos ciertos de que
implica un rompimiento de paradigmas y de tabúes que se vienen arrastrando de
décadas atrás, que fueron válidos en su momento dadas las circunstancias
imperantes, pero que hoy día, México tiene que atreverse a deshacerse de ellos,
porque le están significando un lastre que le impide generar riqueza para su
población, y por otro lado, hay que darle un tiro de muerte a la corrupción que
campea en la paraestatal, y que ha vuelto millonarios a líderes sindicales y a
funcionarios corruptos, productos ambos del sistema político tricolor, en
detrimento de la economía nacional.
En el 27 de nuestra Carta Magna
se establece que corresponde a la Nación el dominio directo del petróleo y
todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos... También reza la
norma que “Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos,
líquidos o gaseosos o de minerales radioactivos, no se otorgarán concesiones ni
contratos, ni subsistirán los que en su caso se hayan otorgado y la Nación
llevará a cabo la explotación de esos productos, en los términos que señale la
Ley Reglamentaria respectiva. Corresponde exclusivamente a la Nación generar,
conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por
objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán
concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes y recursos
naturales que se requieran para dichos fines”.
En el PAN nosotros,
doctrinalmente, creemos que una economía de libre mercado con responsabilidad
social es el mecanismo idóneo para que los ciudadanos de este país tengan
acceso a mejores niveles de vida.
Que los dos monopolios
prescritos por mandato de ley: PEMEX y CFE, son un monumento a la ineficacia y
a la insuficiencia. Entendemos al gobierno como un ente regulador de la
actividad económica y protector de los derechos de los ciudadanos, por eso planteamos
la coexistencia de más empresas y más Estado, en un modelo moderno para el
sector energético.
En ninguna parte de la
Iniciativa se plantea la privatización de PEMEX, ni a nacionales, ni a
extranjeros. Lo que si queremos es que la renta petrolera sea maximizada y
quitar la caja de PEMEX a la Secretaría de Hacienda, creando un Fondo Mexicano
del Petróleo, que sería autónomo y se encargaría de administrar la renta
petrolera, y el retiro sería paulatino - 10 años - procediendo anualmente a
destinar un porcentaje al PEF y otro al Fondo para proyectos productivos y no
como ahora, que se va toda a gasto corriente. ¿En qué le ha beneficiado eso a
usted?
Hoy se vende ya petróleo
crudo a empresas privadas y compramos en el extranjero gasolina a precios
altísimos. ¿A qué mexicano le molestaría que la gasolina le costara más barata?
Sin embargo, bajo el esquema actual, no hay de otra. Lo invito a conocer la
Iniciativa, infórmese sobre la misma, no permita que le distorsionen sus
contenidos. Quienes la presentamos somos mexicanos, igual que usted, queremos
lo mejor para nuestro país, no deseamos entregar a ningún particular nuestros
recursos energéticos, lo que si queremos, lo reitero, es que PEMEX le genere
bienestar a usted. Y de “ahí pa’ delante”.
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