.

.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Que se regule la convivencia entre las madres reclusas y sus hijos, propone Dip. Esther Quintana


Iniciativa que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley que Establece las normas Mínimas sobre Readaptación Social de Sentenciados
Cámara de Diputados, sesión ordinaria
3 de octubre de 2013
Con su permiso señor Presidente:
Compañeras y compañeros diputados:
Voy a pedirles respetuosamente que me brinden unos instantes de su atención.
Esta iniciativa que vengo a presentar el día de hoy tiene que ver con un sector de la población al que generalmente no miramos ni nos ocupamos de él, pero existe. Esta iniciativa tiene como objetivo toral salvaguardar, velar por el derecho a una vida con dignidad de los cientos de niños y niñas que se encuentran en las cárceles de nuestro país, no porque sean delincuentes, sino porque viven con sus madres en los reclusorios, me refiero a niños menores o que van hasta los seis años.
Esta iniciativa pretende reformar la ley que establece las normas mínimas sobre la readaptación social de sentenciados.
El problema de la infancia que vive en la cárcel es realidad en el sistema penitenciario de nuestro país y es fundamental buscarle alternativas, buscar cómo vamos a generar condiciones para que estas criaturas que viven ahí vivan como lo que son, como niños, que ya suficiente desgracia tienen al tener a su madres presas.
El gran dilema es que cuando una madre es encarcelada, sus hijos pequeños tienen solamente dos opciones: o viven con ella en la cárcel o viven separados de ella, las dos situaciones son infaustas, porque ponen en riesgo a estas criaturas, un centro de reclusión y sin excepción no es el lugar adecuado para las mujeres embarazadas, para los bebés y para los niños pequeños, pero tampoco es aconsejable separar a estas criaturas de sus madres.
México es signatario de diferentes compromisos derivados precisamente de la convención de los derechos de los niños y esta iniciativa se sustenta en mucho en estos compromisos que nuestro país ha firmado.
En lo particular, la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes dicen es su artículo 4:
“De conformidad con el principio del interés superior de la infancia, las normas aplicables a niñas, niños y adolescentes, se entenderán dirigidas a procurarles primordialmente los cuidados y la asistencia que requieren para lograr un crecimiento y un desarrollo pleno de un ambiente de bienestar familiar y social”.
¿Qué pretendemos con esta iniciativa? Pretendemos que se regule la convivencia entre las madres reclusas y sus hijos, que se creen áreas específicas para que los menores vivan con sus madres en estos lugares, pero facilitándoles un desarrollo armonioso y una adecuada relación materno – infantil.
Pretendemos separarlos del resto de la población carcelaria de los menores, ya que la convivencia con el resto de la población carcelaria no es sana, obra en su perjuicio.
Pretendemos también, generar a través de esta iniciativa los instrumentos que los preparen para el instante, para el momento en que van a separarse de sus madres al llegar a los seis años.
Pretendemos que se integre un equipo multidisciplinario que atienda precisamente estas necesidades, psicólogos, pedagogos, docentes, especialistas en educación familiar y pretendemos también el que se cree un programa que sirva para la reinserción social de las madres de familia, que cuando salen, salen como apestadas, porque la sociedad tiende a rechazarlas.
Es preocupante lo que se publicó el año pasado en El Universal el día 21 de julio en una nota de la reportera Claudia Bolaños, vamos a compartir un parrafito, dice:
“En visitas realizas al Centro Femenil de Readaptación Social de Santa María Acatitla donde los menores viven con sus mamás, se ha observado que cuando hay revisiones por personal de seguridad, los pequeños se levantan, se pegan a la pared y abren sus piernas y brazos, como lo hacen el resto de las internas, aunque ellos nunca son revisados, pero solo imitan lo que ven”.
La invisibilidad jurídica y social de los menores que viven en las cárceles de nuestro país, existe, no es invención, se trata de un grupo de personas de los que la autoridad no se percata y esto hay que remediarlo.
Son niños, criaturas inocentes que están recibiendo un daño emocional que al paso del tiempo va a reflejarse en su desarrollo social y cultural.
En estos lugares sufren desde muy pequeños porque van percibiendo la realidad en la que les tocó vivir y hablan y se comportan de acuerdo a lo que ven y esto no es sano.
No podemos quedarnos cruzados de brazos mientras haya niñas que no entienden el encierro, pero que viven en el encierro.
Y quiero antes de concluir agradecerle infinitamente a una persona que fue la que nos ayudó con sus investigaciones para hacer esta iniciativa y es la Maestra Edna Antunes García, una mujer que no nada más se preocupa sino que se ocupa de esta realidad.
Solicito a esta presidencia que el texto de la iniciativa se integre al Diario de Debates.
Es cuanto diputado Presidente.

Turnada a la Comisión de Seguridad Pública.



Ver iniciativa completa aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario