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lunes, 16 de septiembre de 2013

¿Quiénes tienen que esforzarse, Sr. Videgaray?


 
Por Esther Quintana Salinas
Señor secretario... ¿sabe usted lo que significa para los clasemedieros pagar colegiaturas en escuelas particulares? Privarse de muchos satisfactores

Tuve la oportunidad de asistir a una reunión de legisladores de mi bancada con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, hace apenas unos días, con motivo de la Reforma Financiera. Nos manifestaba en aquel momento que era un compromiso del gobierno de Peña Nieto, generar condiciones desde el ámbito de la normatividad, para que las micro, pequeñas y medianas empresas tuvieran acceso a créditos bancarios más baratos; enfatizó, que la banca de desarrollo tiene una función eminentemente social y que debía cumplir con ella. 

Ya fue aprobada la Reforma Financiera, y sin ser la panacea, mucho de lo que ahí se contiene va encaminado a detonar la productividad en este país y por ende, riqueza económica traducida en creación de nuevos empleos, y estos a su vez en bienestar para los mexicanos. Y a escasos días envían un paquete de leyes en el que plantean cómo propinarle un golpe de muerte al bienestar que presumiblemente quieren darle a los mexicanos. Porque eso es lo que entraña la Reforma Hacendaria del gobierno que lidera Enrique Peña Nieto. Y que sea el mismo Videgaray quien salga a decir que la clase media tiene que esforzarse más ... ¿Más? ¿Quieren más esfuerzo de este sector de la población? 

El grueso de la población económicamente activa (PEA) es la que está en la CLASE MEDIA, es la cautiva de la SHCP, es la que carga con el grueso de los impuestos que mueven a México. “La clase alta es sólo 5 por ciento de la población, la pobre y con una carencia de satisfactores es el 20 por ciento, pero tenemos que 75 por ciento de los mexicanos están en la clase media y somos todos”, afirma Luis Foncerrada, director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP). 

Dice Videgaray que “los más pobres utilizan sus ingresos en alimentos y medicinas, no en colegiaturas”. Por eso, señor secretario... ¿sabe usted lo que significa para los clasemedieros pagar colegiaturas en escuelas particulares? Privarse de muchos satisfactores, porque están privilegiando la única herencia que sus hijos pueden acrecentar el día de mañana: su educación. 

Nada más calibre el desorden, para utilizar una palabra educada, que existe hoy día en la escuela pública. Y ahora han decidido fastidiar con este IVA a quienes les salen debiendo. En este país no debieran existir las escuelas privadas, don Luís, siempre y cuando a las públicas no las hubiera encancerado la corrupción que su partido institucionalizó con el amasiato con líderes sindicales. ¿En qué escuelas públicas estudian sus hijos y los del presidente Peña Nieto?

Y el aumento al ISR a quienes ganan más de 500 mil pesos al año. ¿Quiénes ganan más de esta cantidad al mes? Clase media, secretario. Y de ese ingreso sale para todo lo que una familia necesita para VIVIR. Y de ribete IVA al pago de renta o hipoteca. ¿De qué se trata?  Dice usted que: “Si queremos ser un país justo tenemos que darle prioridad a los más pobres”. ¿Así? ¿Cerrándoles el paso a quienes se han esforzado por salir adelante con su trabajo, con su querer ser, con su determinación, para que no sigan avanzando hacia mejores niveles de vida?

A los pobres no los agravien más con farsas de programas como la cruzada contra el hambre. Empiecen por tratarlos como seres humanos, con respeto a su dignidad, devuélvanles su señorío y su prestancia. El esfuerzo lo viene dando la clase media, secretario, desde hace mucho tiempo, ahora tiene que venir de otro sitio. ¿De dónde? De aumentar la base gravable de causantes y de volverse implacables con ese sector de empresarios pudientes y sin escrúpulos que son expertos en burlar al fisco, y a los que nunca se les toca ni con el pétalo de una rosa.

Cuente, señor secretario, que en el Congreso de la Unión, habemos muchos legisladores que no vamos a apoyar esta reforma, si no se hace una serie de enmiendas y reconsideraciones. El diálogo está abierto, construyamos otro México.

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