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lunes, 17 de marzo de 2014

¿Por qué los tolera?...




En Coahuila, como en el resto del país, cuando de elegir representantes a cualquier cargo de elección popular, se trate, no estamos, en realidad, eligiendo con el conocimiento objetivo que debiéramos, elegimos prácticamente a desconocidos, y desgraciadamente, como la realidad no los machaca una y otra vez, los políticos elegidos así, prescinden sin mayor problema durante su mandato de aquellos a los que dicen representar. ¿Por qué? Pues porque no existe ningún compromiso con los representados.

Tan es así, que hagan lo que hagan, aun en detrimento de quienes los llevaron al cargo público, hasta se atreven a postularse de nueva cuenta. Total, a lo más que llega la población es a despotricar EN PRIVADO, ni siquiera públicamente, de los susodichos. Bajo esta premisa consentida, los casos de corrupción y de pillaje van a la alza, y como decía mi difunto tío Ernesto, “hasta el más chimuelo masca riel” y no les pasa NADA. El agravio cometido en perjuicio de la población, no inmuta a la población, por lo menos como se presume que debiera ser. Vivimos en medio de una descalificación generalizada hacia los políticos y la política, hundidos en la desconfianza y el coraje, pero atrapados en la inmovilidad, porque eso es la indiferencia ciudadana. ¿Cómo puede consolidarse nuestra incipiente democracia bajo estos parámetros? Estamos inmersos en un régimen de representación “democrática” que no facilita la llegada de los mejores perfiles, al contrario, los expulsa, para instalarse en la medianía que al final del día se convierte de tan mediana, en un imán que atrae vividores y arribistas, maestros en aprovecharse de la situación. Haciendo más despreciable a la clase política, porque la configura como una casta de especímenes afanados exclusivamente en defender con uñas y dientes sus canonjías y privilegios.

¿Cómo es posible que la población esté acostumbrada a hacerse de la vista gorda ante un sinvergüenza que durante su administración la dejó endeudada hasta la consumación de los siglos, en la forma indecente en la que sucedió en Coahuila, con la complicidad de la mayoría priísta en el Congreso local, que tuvo la desfachatez de “legalizar”, vía la aprobación de una nueva Ley de Deuda Pública, las raterías perpetradas, y así evitar la aplicación de sanciones administrativas y penales para los responsables?

El atraco lo están pagando los coahuilenses, a través de tasas e impuestos crecientes, y con magras, magrísimas posibilidades de desarrollo social y económico por varias décadas. Y a los causantes no les ocurre, ni los ocurrirá nada. Todo lo que podría llevar a prisión a los sinvergüenzas, quedó a salvo, lo reitero, con la aprobación de la Ley de Deuda Pública que hicieron los priístas de la 58 Legislatura. Los 5 diputados del PAN votamos en contra y dijimos en tribuna y públicamente las razones. Si alguien está esperando que se proceda penal o administrativamente contra los responsables, lo digo con todo el dolor de mi corazón, que puede esperar sentado. Los americanos al que quizá le hagan cosquillas, pero muy poquitas, será a Javier Villarreal, y hasta ahí. El asalto a Coahuila, fue planeado por “profesionales”.

Si usted quiere políticos distintos, es decir con compromiso CON USTED, con sensatez, con honestidad, con aprecio por el cargo que usted les dio con su sufragio, con capacidad y alto sentido de responsabilidad, tiene que volverse intolerante con los mentirosos, los cínicos y los corruptos. Por favor indague en su hoja de vida, las personas somos como somos y no ocurren transformaciones milagrosas. No permita que los partidos le den gato por liebre. No se guíe por las campañas ostentosas, son las que más desconfianza deben despertarle, no defina su voto por quienes más vea en la televisión o escuche en la radio, ni por el que traiga la comitiva más grandota. Hay topes de gastos de campaña y esa gente siempre se pasa, y lo hace porque el órgano electoral jamás los sanciona. Y además a usted le tocará pagar la faramalla.  

De usted y de nadie más depende, acabar con este deleznable circo de mentiras que tiene atrapada a Coahuila desde tiempos inmemoriales. A usted lo traicionaron. ¿No es más que suficiente?

Si usted quiere políticos distintos, es decir con compromiso CON USTED, con sensatez, con honestidad, tiene que volverse intolerante con los mentirosos, los cínicos y los corruptos.

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