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lunes, 6 de mayo de 2013

La hoguera de la impunidad




Aquí en Coahuila, nomás se sufre, se padece y se paga lo que los gobernantes se embolsan


Por la diputada Esther Quintana Salinas

Definiciones de impunidad hay muchas, le voy a compartir, generoso lector la vertida por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, hela aquí:

“La inexistencia, de hecho o de derecho, de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones, así como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria, porque escapan a toda investigación con miras a su inculpación, detención, procesamiento y, en caso de ser reconocidos culpables, condena a penas apropiadas, incluso a la indemnización el daño causado a sus víctimas.” 

En el mismo documento se establece que : La impunidad constituye una infracción de las obligaciones que tienen los Estados de investigar las violaciones, adoptar medidas apropiadas respecto de sus autores, especialmente en la esfera de la justicia, para que las personas sospechosas de responsabilidad penal sean procesadas, juzgadas y condenadas a penas apropiadas, de garantizar a las víctimas recursos eficaces y la reparación de los perjuicios sufridos de garantizar el derecho inalienable a conocer la verdad y de tomar todas las medidas necesarias para evitar la repetición de dichas violaciones.

La no-sanción del ilícito impide que la justicia y la ley cumplan sus funciones de reparación simbólica, normatividad y cohesión social. Aquí en Coahuila,  nomás se sufre, se padece y se paga lo que los gobernantes se embolsan. Aquí, el triste espectáculo de la impunidad es parte del paisaje cotidiano. El pre requisito para entrar al club es ser funcionario público - de platea, a los de galería nomás les toca ser chivos expiatorios - , es decir, cobrar de la nómina que se paga con el dinero de los contribuyentes.  

Los defraudadores de la entidad, los causantes de la mega deuda que azota a Coahuila, gozan de completa libertad. Al extitular del SATEC, la justicia le hace lo que el viento a Juárez, igual a Chaires, y no se diga al exnúmero 1, hoy metido a escolapio, que se pasea por las Ramblas catalanas y vive como sátrapa en destierro, a todo lujo. El ex no tiene empacho en declarar que los gastos de la estancia allende los mares los sufraga el sindicato de profes y sus “ahorros”. Vive Dios que ahorró mucho... ya el sindicato se lavó las manos como Poncio Pilatos y lo desmintió, lo mismo hizo el Secretario Fraustro. De modo, que la maestría o lo que sea que esté tomando, corre a cargo de lo que se “guardó” cuando era el tlatoani de estos lares.

Por elemental justicia, la ciudadanía tiene derecho a saber la verdad de todos y cada uno de los delitos patrimoniales de que la hicieron víctima, pero hasta ahora todo lo que se ha hecho es echar tierra a las heces. La tarea esclarecedora debió haberla iniciado la Legislatura 58, infortunadamente lo que la mayoría priísta se dedicó a hacer desde el principio del atraco fue taparlo y remató legalizándolo con una nueva ley de deuda pública. No clarificar los hechos delictivos e imponer falsas verdades vía trinquetes de la mayoría, es el gran fracaso de la democracia coahuilense. Aquí los que se han ayuntado en el mismo lecho ignominioso son la perversión, la ambición desbocada y la complicidad.

No habrá reparación del daño para los defraudados, o séase, los coahuilenses. La autonomía de la justicia está en el subsuelo. Los intereses de la dinastía dueña de la entidad son los que pesan, de la mano navegan con sus cómplices, a la ciudadanía lo único que le han dejado es el pago larguísimo del despilfarro y lo que conlleva... 

En el aquelarre de la impunidad todo es posible, todo está permitido, la brecha entre la clase gobernante y el grueso de la población cada vez es más grande ¿Cómo se puede vivir en un mundo así? El cinismo ha alcanzado proporciones inimaginables. Los procesos electorales, parecen sacar lo peor de la genética política. Las compas, el carnaval de las camisas rojas, el repartidero de despensas, los actos anticipados de campaña, la burocracia y los programas asistenciales al servicio del PRI y sus candidatos... ¿Se puede seguir pensando que vivimos en un estado de derecho? ¿Cómo se le hace para tender vínculos en un mundo tan desvergonzadamente impar, sujeto a las cada vez más desiguales relaciones de fuerza? ¿A qué le apuestan el PRI y su gobierno? El hilo se revienta por lo más delgado... ¿ o no?

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