18
de Julio 2015
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No
pretendo ni por asomo venir a catequizar, pero le comparto mis reflexiones al
respecto. A mí me queda claro en este brevísimo otear a mis ayeres, que en un
ambiente disciplinado es más fácil convivir, porque se propicia el desarrollo
de una autoestima más alta, los chicos aprenden a ser autónomos y en el día a
día se van haciendo más responsables, y esto conlleva a generar un ambiente en
el que todos nos sentimos y actuamos mejor.
Cumplir
la ley en México no es motivo de insomnio. Pasarnos el semáforo en rojo,
manejar en estado de ebriedad, excedernos en los límites de velocidad, tirar
basura en la calle, darle “mordida” al “tránsito” para que se haga de la vista
gorda, comprar boletos al revendedor, adquirir productos pirata, “arreglarnos”
con el burócrata para que el trámite salga más rápido, invadir predios ajenos
con la “venia” de lideretes de asociaciones vinculadas a partidos políticos
para “ganarse simpatías electoreras”, son evidencia indiscutible de
incumplimientos normativos o derivados y consecuencias directas o indirectas de
las conductas descritas, y la explicación se resume en que los mexicanos
estamos acostumbrados a vivir bajo su vergonzante insignia.
Y
si volteamos al lado de los gobernantes, bueno, el fango y la pestilencia
resultan insufribles. Aunque haya muchos que solo se tapen la nariz o bien,
están tan acostumbrados a la fetidez $$$, que ya ni gestos hacen.
En
una encuesta publicada por el Centro de Investigación para el Desarrollo
(CIDAC), queda de manifiesto que a pesar de que la mayoría de los mexicanos
cree que se debe cumplir la ley, uno de cada tres piensa que es de tontos
cumplirla. Otro dato, más de tres cuartas partes (79%) de los encuestados están
conscientes que dar obsequios y dinero para agilizar trámites de gobierno es
corrupción y considera que el acto merece castigo, pero lo siguen haciendo. Y
si a la corrupción descrita le suma usted la impunidad, pues estamos aviados
para el despeñadero.
Se
acaba de fugar “El Chapo” Guzmán… ¿Cómo se fugó? CON CORRUPCIÓN, con océanos de
ilegalidad consentida $$$ que privan en este País. La historia de las
“condiciones” en que se dio el escape del hampón constituye un insulto a la
inteligencia. ¿A quiénes van a sancionar? A algunos segundones, si acaso.
La
impunidad debe atacarse desde el más alto nivel, sino NO SIRVE. Ni siquiera
hace falta hacer más leyes, las tenemos en este País por miles, el problema es
que no se cumplen, no se aplican con todo su rigor a quienes las violentan. La
ley, como expresa Fernando Savater, “debe proteger los derechos elementales de
la ciudadanía, pero SOBRE TODO, debe castigar la impunidad, pues es el factor
más agresivo de la desmoralización social”.
El
jueves de esta semana acudió a invitación de la Comisión Permanente del
Congreso de la Unión, el Gobernador de Oaxaca, y en un diálogo abierto, ante la
problemática que se vive en su entidad, propiciada por los eventos de la CNTE
con motivo de su rechazo a la reforma educativa, a pregunta expresa de qué
acciones se han tomado en su administración para sancionar las conductas
perpetradas por el magisterio en comento en perjuicio de la comunidad, contestó
que había “como 20 detenidos”… ¿Y? No hay un solo despedido, aunque la ley
General de Educación establezca que esto se produce con tres faltas del
docente, se les sigue pagando como si estuvieran dando clases, no hay sanción
alguna por los innumerables daños y perjuicios causados a la economía de
terceros, ya no se diga al que le han venido infligiendo a los niños que
dejaron a la deriva. En Huatulco, la ciudadanía hizo frente común; la
ciudadanía, no la autoridad, y los maestros no entraron al puerto a realizar
los desmanes que acostumbran. Se duele el Gobernador de que no tiene el número
suficiente de policías para encararlos, pero en Huatulco le demostraron que
hasta sin policías se puede.
El
gobierno de Peña Nieto no ha calibrado la magnitud de la vulnerabilidad en que
están las instituciones a su cargo. Le tiembla la mano para simple y
sencillamente aplicar la ley. Lo mismo les sucede a los gobernadores. ¿Qué
sigue? ¿De qué lado están? A los mexicanos que pagan impuestos, que cumplen cabalmente
con la ley, que se esfuerzan todos los días con trabajo HONESTO por sacar
adelante a sus familias, les va quedando más claro, MERIDIANAMENTE CLARO, que
del suyo, no están.
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