El Estado tiene el deber de generar condiciones óptimas para que la
población se desarrolle, para que alcance plenitud, para que se vuelva
autosuficiente
16 de Julio 2016
El dictador estima que su visión respecto al Estado que gobierna
tiene que ser la misma que deben tener sus gobernados, por eso la impone
sin importarle un bledo si están de acuerdo o no con ella. Pero, sin
duda, la forma más deleznable del paternalismo es la que pretende
mandatarla como un sistema de vida. La historia da cuenta de los obsesos
de esa perversión.
Octavio Paz tocó el tema en su “Ogro
filantrópico”. Transcribo: “Los liberales creían que gracias al
desarrollo de la libre empresa, florecería la sociedad civil y
simultáneamente, la función del Estado se reduciría a la de simple
supervisor de la evolución espontánea de la humanidad. Los marxistas,
con mayor optimismo, pensaban que el siglo de la aparición del
socialismo sería también el de la desaparición del Estado”. Ambos se
equivocaron. Ni supervisión, ni desaparición.
Del latín
paternalis, que significa paternal, deviene la palabra paternalismo; a
su vez, paternalis proviene de pater, padre; y de ismu, corriente o
doctrina. Al margen de su significado vinculado con las personas que se
comportan como padres, en el lenguaje político se refiere a aquellos
gobernantes que le dan trato de niños a sus gobernados, como si fueran
sus hijos. Es decir, le procuran a la población el trato que se le da a
un niño, impidiéndole que se comporte como adulto.
Y entre más radio de influencia tiene el paternalista, mayor es el daño que produce.
El
Estado tiene el deber de generar condiciones óptimas para que la
población se desarrolle, para que alcance plenitud, para que se vuelva
autosuficiente, por eso en la Constitución de la República se reconoce
que las personas que vivimos en México tenemos, verbi gratia, derecho a
recibir educación, salud, vivienda, a dedicarse al oficio, trabajo o
profesión que mejor le acomode, a votar, a reunirse, a manifestar sus
ideas, a moverse dentro y fuera del País, a la propiedad, etc. Por ende,
el Estado ha de crear las instituciones, los mecanismos, las políticas
públicas, para que se pueda acceder y/o ejercer lo que la Carta Magna
nos otorga atendiendo a nuestra calidad de personas.
Hay una línea
muy delgada entre las acciones de un Estado que en determinado momento
tiene que aplicar políticas de asistencia social, atendiendo a la
temporalidad de un evento –como puede ser un ciclón que arrasa con las
viviendas de una localidad y hay que resolverles esa situación y también
la del alimento–, y otra en la que de por vida entrega material para la
construcción, latas de pintura y despensas lo necesiten o no lo
necesiten los ciudadanos. Con esto daña porque esa “protección” a
ciertos sectores disminuye el incentivo para trabajar, los va volviendo
absolutamente dependientes, los “doma” con dádivas –no importan que sean
míseras–, les roba la dignidad y los condena a una suerte de
encadenamiento voluntario, y dispone de ellos para alcanzar y mantenerse
en el poder. El individuo así aletargado termina convencido de que el
gobierno sabe mejor qué es lo que le conviene, abdica de su libre
albedrío. Después de esto YA TODO ES POSIBLE. Aceptación expresa de que
el gobierno es SU PADRE.
El paternalismo inmoviliza a las
personas. A estas personas se les olvida que tienen capacidad de pensar,
de reflexionar y de decidir por sí mismas, y esto es CONTRA NATURA. El
paternalismo es, sin duda, una de las manifestaciones más mezquinas del
abuso tolerado. Emmanuel Kant lo describió con claridad meridiana en
1793. Lea usted la vigencia de su pensamiento respecto a: “Un gobierno
erigido sobre el principio de la benevolencia hacia el pueblo como la de
un padre hacia sus hijos, esto es, un gobierno paternal en que los
súbditos se ven forzados a comportarse de modo puramente pasivo, como
niños incapaces que no pueden distinguir lo que les es verdaderamente
provechoso o nocivo… es el mayor despotismo pensable”.
Hoy día el
Presidente Peña Nieto ha anunciado con bombos y trompetas que todos los
jóvenes tendrán derecho al servicio de salud del IMSS… Eso es
paternalismo ayuntado con populismo. El Instituto NO PUEDE con el que
ofrece a sus derechohabientes, así literalmente. Las carencias son
múltiples porque la corrupción es múltiple también. ¿Cómo? ¿Por qué? Hay
elecciones en 2017 y 2018. ¿Por eso? El paternalismo es parte
sustantiva del cáncer que está minando a México… Es corrupción, es
cargarse al País sin miramiento alguno con una ausencia absoluta de
responsabilidad… y de… usted póngale lo demás.
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