En nuestro País no se le ha dado importancia al nivel educativo ni a los
principios morales ni humanos que deben tener los gobernantes
30 de Julio 2016
La OCDE antes de la reforma constitucional en materia de educación
expresaba en su informe que: “El gran desafío de México es acelerar
significativamente los ritmos de mejoramiento experimentados en los
resultados educativos, ya que aún no son suficientes para acercarlo al
promedio OCDE. El esfuerzo debe concentrarse en aumentar el número de
alumnos que alcanzan los niveles básicos de competencias, así como en
promover la excelencia y lograr que más alumnos logren los niveles más
altos”. Reconocía también los avances registrados en el sistema
educativo en el contexto de la reforma en proceso, y subrayaba que era
positivo dejar de centrase en la cobertura y priorizar la mejora de la
calidad educativa y el fortalecimiento de una cultura de la evaluación.
También destacaba que era muy importante elevar a rango constitucional
el establecimiento de un servicio profesional docente y dotar de
autonomía al Instituto Nacional de Evaluación Educativa, y que todo ello
contribuiría a “la construcción de un sistema educativo de alta calidad
y equidad.”
Todo esto, enriquecido con la opinión de maestros, de
expertos en educación, de organizaciones de la sociedad civil
interesadas en el tema, se tomó en consideración en los foros regionales
que se convocaron por parte del Congreso de la Unión. Este es el
sustento de la reforma constitucional y de las leyes reglamentarias que
aprobamos en San Lázaro y que el Poder Ejecutivo, léase Secretaría de
Educación Pública, NO SUPO ¿¿¿???? implementar. Es una verdadera
tragedia lo que está ocurriendo en nuestro País, estamos viviendo una
crisis signada por la corrupción y la impunidad, por un descrédito
mayúsculo de la clase política, con una exhibición vergonzosa de la
incompetencia de la autoridad. Su incapacidad de hacer frente no solo a
los desafíos del mañana sino a los de ahora, es pública y notoria. Y
esto en mucho deriva de que en nuestro País no se le ha dado importancia
al nivel educativo ni a los principios morales ni humanos que deben
tener los gobernantes para generar las condiciones que le permitan a los
gobernados alcanzar su desarrollo a plenitud como personas. La gente no
le ha dado importancia a la trayectoria de vida de quienes elige para
que sean sus representantes, por eso han llegado vividores y
sinvergüenzas al sector público.
Mire como nos ha ido. Es el precio que se paga por la indiferencia.
La
educación es un elemento sine qua non para el crecimiento económico
también, con ella se aumenta la productividad en el trabajo, se promueve
la innovación tecnológica traducida a mejores insumos, procesos y
productos, se propicia la transmisión de conocimientos y se potencian
los cimientos de la economía de un país. La vinculación entre educación y
desarrollo es sustantiva, por eso debe ser de alta calidad la que se
recibe en las aulas. Por eso, insisto, es tan relevante la capacidad y
el nivel de educación que tengan los gobernantes, y los valores éticos y
morales que hayan aprendido. Son su bagaje para desempeñar sus
responsabilidades con honestidad e inteligencia. Un estudio reciente del
FMI señala que mientras más alta es la calidad de la educación, más
inequívoca es la capacidad de las administraciones en la prestación de
servicios públicos, en el gasto y en la recaudación de impuestos.
Asimismo, destaca que en la medida en que se fortalecen las
instituciones, la posibilidad de que funcionarios corruptos hagan de las
suyas, decrece.
La educación es el pilar toral de un país…que
pena que el gobierno en turno no lo pondere en esos términos, la CNTE y
sus mecenas lo tienen de rodillas. El profundo sur se desmorona y
también es México…¿o no, señor Presidente?
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